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La sombra del autoritarismo

El golpe de Estado fallido ha dejado una lección invaluable sobre el poder del liderazgo y la importancia de la determinación personal en momentos de crisis nacional.

La intervención directa y arriesgada del presidente Luis Arce, quien enfrentó cara a cara a los militares sublevados, es ya un momento indeleble en la historia democrática de nuestro país.

En un escenario digno de una película de suspenso, con más de cien policías leales apostados en el hall del Palacio Quemado y francotiradores en los pisos superiores, el presidente Arce tomó una decisión que desafió todos los protocolos de seguridad. Armado únicamente con su bastón de mando y su investidura presidencial, descendió para confrontar al general Juan José Zúñiga y sus tropas rebeldes.

Este acto del presidente Arce fue, sin duda, el punto de inflexión que llevó a la derrota del golpe. Frente a hombres armados y nerviosos, su negativa a usar un chaleco antibalas, a diferencia de los comandantes golpistas, subrayó aún más la fuerza moral de su posición.

El país y el mundo fueron testigos, en tiempo real, del despliegue de blindados y tropas sublevadas en el corazón de La Paz.

Ante tales evidencias, resulta no solo absurdo sino profundamente irresponsable sugerir que esto pudiera haber sido un "autogolpe". La magnitud del riesgo y las potenciales consecuencias catastróficas hacen que tal insinuación sea, francamente, desquiciada.

La decisión de Arce de enfrentar personalmente a los golpistas no solo desarmó la intentona militar, sino que también envió un poderoso mensaje al país y al mundo: la democracia boliviana no se rendirá ante las amenazas autoritarias. Su acción demostró que el poder legítimo, respaldado por la voluntad popular, puede y debe hacer frente a quienes buscan subvertir el orden constitucional.

Este episodio nos enseña que, en momentos de crisis, el liderazgo correcto puede marcar la diferencia entre el caos y la estabilidad.

El presidente Arce, con su acción decisiva, ha escrito un nuevo capítulo en la historia de la resistencia democrática de Bolivia.

La democracia boliviana ha sobrevivido a una prueba crucial, y el país entero espera que nunca más tengamos que enfrentar la sombra del autoritarismo en las puertas de nuestras instituciones.


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