Encuéntranos en:
Búsqueda:

La supuesta “ola de renuncias” y la verdadera esencia del MAS-IPSP

Una vez que el expresidente Evo Morales logró un acuerdo con el Frente Para la Victoria (FPV), algunos de sus más cercanos seguidores —entre ellos autoridades electas por el MAS-IPSP— anuncian un “éxodo masivo” o una “ola de renuncias al partido de gobierno. Al margen de que estas afirmaciones distan mucho de ser reales, el contexto da lugar a varias aristas de análisis.

Desde que se hizo evidente la división interna del MAS —al influjo de la incomprensible persistencia de Morales de querer recuperar el poder a toda costa, incluso por encima de la Constitución Política del Estado, de las leyes y de la decisión popular mayoritaria—, el presidente Luis Arce y los líderes de las organizaciones sociales matrices, fundadoras y verdaderas dueñas del Instrumento Político, coincidieron en una premisa fundamental: el partido político no tiene jefes indiscutibles ni figuras imprescindibles; son los bolivianos y bolivianas, representados por sus dirigentes y líderes quienes tienen preeminencia y poder de decisión sobre el frente que hizo posible el Proceso de Cambio.

Hoy que Morales y su entorno consolidaron su verdadero objetivo —que, lejos de priorizar el bienestar colectivo y poner por encima de todo a la Revolución Democrática y Cultural, no es más que mantener el poder político cueste lo que cueste—, queda claro que la militancia de base del MAS, los verdaderos gestores y protagonistas del histórico momento político y social que vive Bolivia desde hace ya casi 20 años, está más firme que nunca con el Gobierno nacional y con el presidente Arce; y, ante todo, están más comprometidos que nunca con la consigna colectiva de mantener y profundizar el Proceso de Cambio frente a la amenaza de la derecha que cree estar ante su gran oportunidad de retomar el nefasto modelo neoliberal.

Solo los que tienen ambiciones particulares y priorizan la politización antes que la gestión; solo quienes tienen una inexplicable permisividad ante el caudillismo anacrónico y pernicioso; solo quienes con tal de denostar al Gobierno no reparan en aliarse con la derecha y en boicotear obras y gestión, hacen ahora un show mediático con sus renuncias al MAS ante el Órgano Electoral Plurinacional (OEP), que están lejos de ser masivas y lapidarias para el Gobierno nacional, como pregonan.

Transfugio y traición son dos realidades que tristemente siempre están presentes en la política de Bolivia y de todo el mundo; pero queda claro que son conductas aisladas y mínimas como para afectar, en este caso, las estructuras del Movimiento Al Socialismo, del Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos, que trasciende a toda bajeza individual y se mantiene como el faro referencial en la lucha por los preceptos con que fue creado en los albores de este siglo: justicia social, igualdad de derechos y oportunidades, y desarrollo acorde al potencial de Bolivia y de los bolivianos.


Imprimir   Correo electrónico

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda