Encuéntranos en:
Búsqueda:

La tragicomedia de Iván Arias

Iván Arias era un opinador mediocre de la actualidad política. Igual de mediocre fue su paso como autoridad de gobiernos ultraliberales.

Cuando fue ministro de Obras Públicas de la golpista Jeanine Añez no sabía si ser ministro de Obras Públicas o ministro de Salud.

Arias, durante el régimen de facto, hacía vana ostentación de su gallardía viajando al interior del país para verificar el cumplimento del torpe confinamiento y el uso de la mascarilla.

Mientras él se paseaba con recursos del pueblo, el pueblo moría en las calles, vehículos, domicilios y puertas de hospitales.

Arias, Añez y todo el gabinete no sólo enfrentaron la crisis sanitaria de forma caótica, sino también lucraron en escandalosos casos de corrupción con respiradores destinados a salvar vidas bolivianas.

De su paso por el gobierno golpista le quedan también denuncias de vergonzosos casos de acoso sexual.

Hoy, como Alcalde de La Paz, nada menos que de la capital administrativa de Bolivia, no sabe si ser alcalde, opinador, hincha de fútbol.

Sus torpezas rozan el desquicio.

Iván Arias, en una locura total, intentó aplicar un oneroso impuesto a las viviendas paceñas con fachadas sin terminar. En la ciudad naranja, por el color de sus fachadas de ladrillo, el repudio al alcalde fue total.

Arias retrocedió y dejó sin efecto el cómico impuesto adicional por no pintar la casa.

Su bancada aprobó la Ordenanza Municipal 046, considerada atentatoria por los riesgos que conllevaría permitir la construcción de edificios de hasta 40 pisos en 10 zonas de la ciudad de La Paz.

Arias retrocedió y anuló la famosa ordenanza culpando a sus “traidores” concejales por esa afrenta a La Paz, no sin antes poner una tragicomedia en escena: lanzó agua, tintura y billetes de alasita rotos contra sus concejales ‘traidores’ y la 046.

Hizo un furibundo guion, organizó una tramoya y puso a los funcionarios a actuar en cámaras y en una suerte de Godzilla humano, ese monstruo japonés ficticio, aplastó con sus furibundas manos una maqueta de edificios que mandó preparar, precisamente, para ese golpe de efecto mediático.

El alcalde, en otra de sus torpezas, dijo que la mayoría de animales fallecidos en el bioparque Vesty Pakos eran lagartijas. En realidad fallecieron un centenar de animales de diversas especies.

La última de sus perlas fue destinar recursos de los paceños para alentar a una selección de fútbol extranjera, y no invertir en salud, educación, prevención de riesgos y en obras.

Cada día los paceños ven impotentes el absurdo del alcalde Iván Arias.

Ojalá el imperativo moral público le obligue a este opinador fracasado y golpista a actuar con mayor responsabilidad democrática.


Imprimir   Correo electrónico

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda