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Llevar el transporte aéreo a quien lo necesita

El reinicio de operaciones comerciales del aeropuerto de El Trompillo, en Santa Cruz, y la apuesta del gobierno de Luis Arce para convertirlo en un hub para vuelos regionales en el país, de la mano de la estatal Boliviana de Aviación (BoA), es una muestra más de que estos planes solamente son posibles si el Estado invierte con una visión social y de servicio, y no simplemente con la generación de ingresos y ganancias como norte. Es parte del modelo que pretenden destruir las propuestas neoliberales de la derecha.

Inaugurado en 1920, El Trompillo fue el primer aeródromo cruceño y el único durante 65 años, ya que luego fue sustituido por el de Viru Viru. El 26 de septiembre de 2017, Transporte Aéreo Militar (TAM) hizo la última operación comercial en sus instalaciones. Ahora, mediante una inversión de Bs 11,2 millones de Navegación Aérea y Aeropuertos Bolivianos (Naabol), para mejoras en la plataforma y pista, los sistemas de seguridad y vigilancia, entre otros, el aeropuerto se encamina a ser un punto de conexión nacional.

El plan de Arce es que desde allí se impulse la regionalización del servicio de transporte aéreo, junto a los demás aeropuertos administrados por la estatal Naabol. Esto empezó con un primer vuelo desde El Trompillo a Guayaramerín (Beni) y en el mapa de salidas y llegadas estarán incluidos los municipios benianos de Rurrenabaque y Riberalta; Puerto Suárez y San Ignacio de Velasco, en Santa Cruz; Apolo e Ixiamas, en La Paz; y Bermejo, en Tarija. Una política gubernamental que tiene como norte la integración nacional.

Pero este modelo enfocado en lo social, en el mayor beneficio para los bolivianos, está en riesgo por los afanes de la derecha para retornar al poder tras 20 años del gobierno progresista del MAS. Con ello, apunta a resucitar la visión neoliberal en el manejo del Estado y la economía, buscando solo el lucro y el beneficio del capital privado nacional y extranjero con la privatización de las empresas estatales como BoA, lo que sería el fin de los vuelos solidarios y/o los subvencionados a municipios rurales y de difícil acceso.

Para tener carta blanca en sus intenciones, los candidatos de la derecha alientan una campaña de desinformación y mentiras para generar descontento contra las compañías públicas bajo el discurso de que son deficitarias, una pesada carga estatal, cuando estas alcanzaron utilidades netas por Bs 2.415 millones el año pasado, un aumento de 34,4% respecto a 2023. Por ejemplo, solo BoA generó Bs 2.845 millones de ingresos y Bs 84,8 millones de utilidades en 2024, recursos que financiaron el pago de bonos y rentas.

Arce remarcó que la aerolínea nacional cumple con un servicio tesonero y arduo, por lo cual debe mantenerse bajo propiedad del Estado porque es la única que garantizará los vuelos para unir Bolivia, y a Bolivia con el mundo; por ello, ratificó su confianza de que en las elecciones del 17 de agosto, el pueblo le dirá No a quienes intentan nuevamente regalar y vender el país y sus recursos naturales como si fueran una mercancía, porque el Estado es el único que puede garantizar inversión para el bienestar de los bolivianos.


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