El presidente Luis Arce confirmó en sus cuentas en redes sociales que, a partir del 1 de enero, Bolivia ingresó de manera formal como Estado socio de los Brics.
La relevancia de integrarse a este bloque, originalmente conformado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, se sustenta en lo económico —baste decir que lo integran naciones que suman el 36 % del PIB mundial—, pero trasciende a muchas otras esferas.
La incorporación, por consiguiente, es un rotundo éxito de la política externa del Gobierno nacional, bajo la premisa incentivada por el presidente Arce de impulsar un relacionamiento global sustentado en la igualdad de condiciones y oportunidades en el marco del necesario multilateralismo.
Al estar en el que sin lugar a dudas, y al margen de la hegemonía bipolar EEUU-potencias europeas, es el foro internacional con mayor proyección de crecimiento y apertura, se abren grandes oportunidades en varios ámbitos o rubros financieros, entre los que se deben destacar tres: 1) el litio y otros recursos naturales: Bolivia tiene las mayores reservas del metal más cotizado en la transición energética mundial; junto con el gas y los minerales, es el mayor foco de interés en inversiones y compras por parte de los países del Brics; 2) Comercio: hay grandes mercados potenciales para productos bolivianos de exportación, pues no se debe perder de vista que los países del bloque concentran el 45 % de la población mundial; y 3) Industrialización: nuestro país puede consolidar su proceso industrializador, no solo a nivel de mercados, sino también con ayuda tecnológica de los países miembros que ya pasaron por este proceso.
Pero no es solo eso. Ser un Estado socio del bloque también abre una serie de oportunidades en ciencia y tecnología: la transmisión directa de conocimientos en diferentes áreas, como la salud y las ramas técnicas imprescindibles para la Bolivia industrial. Asimismo, hay una gran ventana para áreas sociales, pues pertenecer a un grupo con tan altos estándares tiene necesariamente repercusiones positivas en rubros culturales, sociales, turísticos y de educación.
La adhesión a este foro se da semanas después del ingreso al Mercosur y esto no es algo casual. En los últimos años, Bolivia empezó a ser cada vez más protagonista en diversos escenarios internacionales: logró que se aprueben propuestas específicas en la ONU, como la observancia a los derechos de los indígenas o la necesidad de que se considere el agua como derecho básico; encabeza la gestación regional de una organización intraestatal para administrar la explotación y comercialización del litio, evitando la injerencia de las potencias que no ocultan sus ambiciones; y no menos rescatable es —salvando circunstanciales problemas de los últimos meses— la larga estabilidad y crecimiento sostenido, atribuibles al Modelo Económico Social Comunitario Productivo y a los principios básicos del Proceso de Cambio: igualdad y justicia en lo económico y social.