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Lucha antidroga

Los números presentados por el ministro Eduardo Del Castillo luego de 1.500 días de gestión en la lucha contra el narcotráfico revelan una realidad contundente: el gobierno del presidente Luis Arce ha emprendido una batalla sin precedentes contra el tráfico ilícito de drogas.

La incautación de 139 toneladas de cocaína, tanto en su forma base como clorhidrato, no es una cifra casual. Representa el resultado de una estrategia integral que ha requerido coordinación precisa, inteligencia operativa y un despliegue logístico de gran envergadura.

A esto se suma la confiscación de 1.269 toneladas de marihuana y más de 2.648 toneladas de sustancias químicas sólidas, evidenciando un ataque frontal a toda la cadena de producción de estupefacientes.

Los 41.178 operativos ejecutados demuestran una constancia operativa que promedia más de 27 intervenciones diarias. Esta intensidad en las acciones ha permitido la destrucción de 304 laboratorios de cristalización, reciclaje y producción de droga sintética, así como más de 3.800 fábricas de estupefacientes.

Cada laboratorio destruido representa un golpe directo a la capacidad operativa de las organizaciones criminales.

Particular atención merece el aspecto aeronáutico de la lucha antidroga. El secuestro de 217 aviones y seis helicópteros, junto con la destrucción de 299 pistas clandestinas, evidencia un enfoque que ataca no solo la producción, sino también las rutas de distribución.

Estas acciones han afectado severamente la logística del narcotráfico internacional que utiliza el territorio boliviano como punto de tránsito.

La detención de 13.359 personas vinculadas al narcotráfico refleja el compromiso con el aspecto judicial de esta lucha. Cada detención representa no solo un éxito operativo, sino también un paso hacia el desmantelamiento de las redes criminales que operan en el territorio nacional.

Estos resultados cobran especial relevancia en el contexto de un gobierno socialista que demuestra que la ideología de izquierda no está reñida con una lucha efectiva contra el narcotráfico.

El gobierno de Arce está enviando un mensaje claro a la comunidad internacional: Bolivia asume su responsabilidad en el combate global contra las drogas con acciones concretas y resultados verificables.

La magnitud de estas cifras no solo refleja la eficiencia operativa, sino también un firme compromiso político.

El gobierno socialista de Luis Arce está demostrando que la lucha contra el narcotráfico es una prioridad estatal que trasciende las ideológicas y se centra en la protección del bienestar social y la seguridad nacional.


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