Encuéntranos en:
Búsqueda:

Luis Arce reafirmó su legado democrático con unas elecciones impecables

“Hemos entrado por la puerta y vamos a salir por la puerta, entregando el gobierno a quien resulte ganador de las elecciones”, dijo la semana pasada el presidente Luis Arce, y enfatizó en que uno de los grandes legados de su gestión es la preservación de la democracia. Y es que precisamente uno de dos criterios clave a destacar en la gestión del Gobierno nacional, en cuanto a la agenda democrática y sus procesos, es poner por encima de todo a la democracia, el mayor patrimonio popular intangible; en segundo lugar, se debe resaltar las garantías para la realización de unos comicios transparentes, con resultados veloces y reales, que dejaron satisfechos a todos los bolivianos, por encima de las posiciones ideológicas.

¿Cuán relevante es decir que el fortalecimiento de la democracia es una de las mayores gestiones de Arce? Para dimensionar de manera cabal esta afirmación, hay que recordar el país que recibió y con el que tuvo que lidiar. Al asumir en 2020 con más del 55 % de apoyo en las urnas, el Presidente tuvo que ponerse sobre las espaldas un Estado debilitado por el golpe y el nefasto régimen de facto de Jeanine Añez, que se catapultó con la violencia extrema —las masacres de Senkata y Sacaba— y se sustentó en 11 meses en los que conculcó los derechos fundamentales de la población.

Pero ya en pleno ejercicio, e incluso con la enorme legitimidad del voto masivo, Arce tuvo que lidiar con una paulatina y sistemática descomposición de la democracia deliberativa: el boicot del evismo y la derecha en la ALP —un accionar antidemocrático, por donde se lo mire— condicionó de manera crucial el campo de acción; aun así se llegó a esta etapa, ya casi el cierre de su administración, con grandes metas estructurales cumplidas.

El apego incondicional a la democracia se verificó además en el compromiso del mandatario y su gobierno de cumplir su rol constitucional a carta cabal y dar el marco legal, financiero y factual para que se desarrollen unas elecciones altamente exitosas, como las de este domingo 17 de agosto, cuando el OEP —munido de la seguridad económica y política que le dio el Ejecutivo— entregó unos resultados claros y de manera oportuna, gracias a un exitoso Sistema de Resultados Preliminares (Sirepre) que no tuvo observación alguna.

Hay que recordar una premisa clave que Luis Arce priorizó a lo largo de su mandato: el diálogo y el consenso por encima de todo. De esta manera, en momentos complejos —bloqueos, crisis Legislativa, amenazas de movilizaciones— se encauzó una serie de reuniones multipartidarias que, con el TSE a la cabeza, dieron certezas y seguridad a los bolivianos.

Lo que bien empieza y tiene buenos y nobles propósitos y mecanismos en su desarrollo, generalmente llega a buen puerto. Más allá de la sorpresiva victoria de Rodrigo Paz y el eventual repliegue del Instrumento Político, si de hablar de democracia se trata, el precepto se cumplió a cabalidad.


Imprimir   Correo electrónico

Ahora El Pueblo logo

Búsqueda