El MAS-IPSP es la reafirmación de los principios pluriculturales que conforman la raíz de la nacionalidad boliviana. Los marginados en la historia republicana, de sus culturas y sus derechos, hicieron frente desde la década de los ochenta a los grupos de poder dominantes que perpetuaron sus privilegios mediante el control de los poderes del Estado.
En 2006, después de largas luchas sociales y no con pocos mártires por la libertad y la democracia, tomaron con la sigla MAS-IPSP el control del Estado no como un fin, sino como un medio para transformar la sociedad y el Estado.
La Revolución Democrática y Cultural iniciaba entonces la caminata por una patria con igualdad y justicia social y se atendían históricas reivindicaciones de las demandas de la sociedad boliviana.
El Pacto de Unidad, matriz del MAS-IPSP y espacio de articulación y encuentro de las organizaciones indígenas originarias campesinas de Bolivia, se levantó como el gran gladiador del Proceso de Cambio y aplacó tensiones políticas y sociales, combatió a los promotores de consultas autonómicas ilegales y defendió al Gobierno progresista con la enorme fuerza de la movilización.
Las principales organizaciones del país son parte del Pacto de Unidad, pero, a pesar de su larga lucha social, fueron marginadas del congreso convocado por Evo Morales para el 3, 4 y 5 de octubre en Lauca Ñ.
La intención de Morales, denuncian las organizaciones, es el control total del Instrumento para ser nominado como precandidato a la presidencia en 2025. De hecho, el líder cocalero se adelantó a su evento y se autoproclamó candidato desde el cómodo sillón de una radio, que él fundó, sin apenas respaldo de las bases, dirigentes y la legalidad que mandan las normas.
El presidente Luis Arce, sereno y puntual en sus intervenciones públicas, ha sido solidario y consecuente con los movimientos sociales, a quienes se debe.
El Jefe de Estado descartó de plano su asistencia al congreso en Lauca Ñ por una incontrastable realidad: “Los dueños (del Instrumento Político MAS-IPSP) no van a estar”.
Arce está comprometido con el pueblo boliviano, que lo respaldó en el verificativo electoral de 2020 con el 55,11%, con el Proceso de Cambio que le manda moral y políticamente a seguir trabajando por una patria con igualdad y justicia social y con las organizaciones sociales.
Su gestión está marcada por la recuperación de la democracia, el exitoso combate a la pandemia, la estabilidad social, política y económica, el crecimiento económico y la industrialización.
Luego de casi tres años de gestión, los logros del Gobierno socialista son evidentes.