Los 10 programas de gobierno de los partidos y las alianzas políticas inscritas ante el Tribunal Supremo Electoral (TSE), con miras a las elecciones del 17 de agosto, ya están publicados en la página web de la entidad para promover la participación informada de la ciudadanía. Dos vertientes sobresalen en los documentos: la de la continuidad de la industrialización y el Estado Plurinacional, y la que promueve un retorno al pasado de las privatizaciones con propuestas maquilladas, demagógicas y/o contradictorias.
La población ya puede poner en la balanza los planes del Movimiento Al Socialismo - Instrumento Político por la Soberanía de los Pueblos (MAS-IPSP), el Movimiento de Renovación Nacional (Morena), Autonomía Para Bolivia-Súmate, el Partido Demócrata Cristiano (PDC) y Nueva Generación Patriótica (NGP), a la par de las alianzas Libre (Libertad y Democracia), Unidad, Libertad y Progreso ADN, Fuerza del Pueblo y Alianza Popular, esta última todavía a la espera de una decisión judicial que defina su futuro.
Por un lado está el MAS, que es el único que propugna una profundización del Proceso de Cambio y la culminación de la construcción del Estado Plurinacional que nació en 2009 para reemplazar la República colonial, con una mirada económica enfocada en el fortalecimiento de la industrialización para la sustitución de importaciones —que es el sello del actual gobierno de Luis Arce— y la redistribución equitativa de la riqueza que tiene como sostén a los recursos naturales estratégicos bajo control del Estado.
Por el otro se encuentran las mismas propuestas de la época previa a 2005, las de la vieja derecha que recurre a maquillajes y a promover una amnesia con el pasado para el cambio del modelo y retomar los planes de estabilización económica con millonarios créditos condicionados a medidas de shock, la privatización de las empresas estatales, el retiro de las subvenciones y los bonos para la población más vulnerable… sazonando esto con un discurso de orden, muy similar al “orden, paz y trabajo” de las dictaduras.
Y en el medio figuran organizaciones políticas que se denominan de izquierda como Morena y Alianza Popular, que se arriman a políticas gubernamentales del MAS como la industrialización y la otorgación de bonos sociales y rentas, pero adoptando ideas neoliberales como el achicamiento del Estado, la reducción de la inversión pública y de las empresas estatales, pregonando políticas de austeridad y el retiro de subvenciones, y recurriendo a préstamos externos que precisamente se bloquean al actual Gobierno.
La economía es la médula de la diferenciación de las propuestas de estas vertientes, más allá de lo que propugnan para la justicia, la salud, la educación, la política exterior, entre otros, donde hay coincidencias. Tal como señaló anteriormente el presidente Arce, en agosto pugnarán estas dos visiones, en un proceso electoral que avanza pese a los sabotajes desde el Legislativo y el evismo, con afanes desestabilizadores. Con los programas sobre la mesa, la ciudadanía tendrá la palabra definitiva dentro de 82 días.