Una agenda de siete puntos para encaminar la relación entre dos pueblos hermanos, Bolivia y Chile, es el planteamiento que hizo el presidente Luis Arce el 23 de marzo, fecha en la que se conmemora el Día del Mar.Esta premisa, expresada con contundencia y firmeza, refleja, entre otros aspectos, el deseo irrenunciable del pueblo boliviano de retornar a las costas del Pacífico con soberanía, por la vía pacífica y a través del diálogo.
Cada 23 de marzo es inevitable rememorar a aquellos héroes que defendieron el territorio boliviano a costa de su vida, con un valor y patriotismo incondicional, ejemplar. La lucha de Eduardo Avaroa, Ladislao Cabrera, Genoveva Ríos, Juancito Pinto, Rufino Carrasco, entre otras figuras que quedaron inmortalizadas en la historia del país, marca el horizonte para reivindicar nuestro derecho de volver al mar.
Mar para Bolivia es justamente el primer punto que planteó el presidente Arce respecto a la agenda a tratar con Chile, en el marco del fallo de La Haya, que abre la posibilidad de trabajar para que la herida en el Abya Yala se cierre, en el marco del diálogo entre pueblos hermanos, tomando como base un enunciado ineludible: “el pueblo boliviano nunca renunciará a su derecho imprescriptible de una salida soberana al océano Pacifico”.
Tal como lo señaló el Jefe de Estado, el fallo de la Corte Internacional de Justicia estableció que entre Bolivia y Chile existe un asunto pendiente sobre el enclaustramiento marítimo de nuestro país, e instó a que ambas partes, mediante el diálogo y negociaciones significativas, puedan encontrar una solución a esta controversia histórica.
Aguas del Silala; cumplimiento del Tratado de 1904; privatización de puertos chilenos; el litio, un recurso para la integración y el vivir bien con soberanía; el tema migratorio desde la perspectiva de la defensa y el respeto de la vida; trabajar de manera conjunta contra el crimen organizado y el contrabando en nuestras fronteras son los otros seis puntos que demanda Bolivia para encaminar la relación con el hermano país. Estos ejes, sin duda, también representan prioridades para el pueblo boliviano que, de ser asumidos en la vía diplomática, permitirían abrir una nueva era en la relación bilateral con Chile, con miras a zanjar la hermandad entre los pueblos de la región para la construcción de la Patria Grande, tal como un día lo proyectó el Libertador Simón Bolívar.