Causa extrañeza que en una carretera de doble vía se produzcan tantos accidentes de tránsito, como es el caso de los tres primeros meses del año. La doble vía La Paz-Oruro fue la más anhelada por ciudadanos y usuarios de ambos departamentos dada la cantidad de accidentes en esa vetusta vía que había sido construida en la década de los 70 del siglo pasado.
Desde 2015 esta vía tiene dos carriles separados, señalización en los 203 kilómetros de recorrido y cruces de vía con puentes; sin embargo, en el último tiempo pareciera que los conductores de los buses, camiones, vehículos livianos o particulares hubieran olvidado las reglas de circulación en las vías que permiten altas velocidades.
Quienes viajan continuamente a la capital de Pagador cayeron en cuenta de un detalle que no era menor hace un año, se trata de las patrullas camineras, los policías que están a lo largo del camino y en cualquier punto controlaban la velocidad de los vehículos. Sin la presencia policial, los conductores se animaron a desarrollar velocidades de hasta 160 km/h, algo inusual para esta vía.
Desde junio de 1978 en Bolivia se podía imprimir hasta 80 km/h en las carreteras pavimentadas y de 70km/h en las carreteras de ripio o tierra; esa disposición permaneció así por casi 40 años y fue modificada por el Decreto 3054 de enero de 2017, cuando se habilitó “transitoriamente” la posibilidad de desarrollar 110km/h en las carreteras de pavimento para los vehículos particulares y 90 km/h para el transporte público.
Es un decreto que está vigente, pero los conductores del transporte interdepartamental y de los coches particulares aparentemente lo ignoran y sobrepasan los 120 km/h sin ningún problema, lo que pone en jaque la seguridad, prueba de ello son los recientes accidentes que se evidencian por los informes de Tránsito que son lapidarios: se produjeron por exceso de velocidad.
Es entonces que se debe retomar el despliegue de la patrulla caminera a varios lugares para el control de la velocidad. “Control de velocidad con radares”, rezaban los carteles en las carreteras y cinco minutos después era sorprendido el conductor por patrulleros en plena vía; la sola presencia de los uniformados desanimaba a cualquier avezado de las rutas, pues se veía en la necesidad de reducir drásticamente su velocidad.
Este decreto, el 3045, mandaba también a la Policía a elaborar un Estudio Técnico de Ingeniería de Tránsito, que debía concluir en 180 días a partir de su promulgación. Ese plazo terminaba en julio de 2017; no obstante, han pasado casi seis años y el estudio nunca fue presentado y los accidentes de tránsito se han incrementado peligrosamente en carreteras que están diseñadas precisamente para evitar ese tipo de hechos.
La carretera La Paz-Copacabana también fue inaugurada por tramos, en 2017 se inauguró el tramo San Roque-Huarina, que facilitó la circulación vehicular desde Río Seco hasta ese lugar. Esta carretera es parte de un proyecto mayor que debe llegar hasta el santuario de Copacabana, que es uno de los destinos más concurridos del turismo interno boliviano.
Unos años después, se inauguraba otro tramo, Huarina-Achacachi, que es uno de los ingresos hacia el norte de La Paz. Con semejantes proyectos con dobles vías y cruces con puentes, estos dos tramos también se convirtieron en trágicos en los últimos meses, al igual que en la carretera a Oruro, por lo que urge el control de la patrulla caminera sin horario y sin lugar fijo, si se quieren evitar más accidentes.