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Marco Antonio Nina Palli

23 de julio, elecciones generales en España

La polarización política se ha vuelto el pan de cada día en sociedades bajo sistemas democráticos, en especial en tiempos electorales, y España no es la excepción.

Los partidos que tienen mayores posibilidades de ser parte del próximo gobierno en coalición son el Partido Socialista Obrero Español - PSOE (Pedro Sánchez); Partido Popular (Alberto Núñez Feijóo); Vox (Santiago Abascal); y SUMAR (Yolanda Díaz).

Ahora bien, la idea de traer a colación la polarización política como punto de partida de este artículo se debe a lo que viene suscitando en los diferentes escenarios políticos de distintos países, por nombrar algunos: Colombia, Perú, Ecuador, Argentina, Bolivia, México, Turquía, Italia, Francia, y ahora de manera más visible en España, luego de sus Elecciones Municipales el pasado 28 de mayo, en las que el PP y PSOE obtuvieron los mejores resultados, así reflejando también la creciente polarización entre las y los españoles producto del eje discursivo del bloque progresista y conservador.

Una contienda electoral puede ser caracterizada como una montaña rusa, en la que los aciertos y los desaciertos de los partidos políticos, candidatos y estrategas de campañas electorales tienen sus consecuencias en los resultados electorales, sin olvidar a los factores externos que también influyen en los votantes, por eso la importancia del timing que debe tener la estrategia de la campaña, tal cual hace referencia el padre de la consultoría política, Joe Napolitan.

En consecuencia, después de las Elecciones Municipales se fueron clarificando algunos enclaves electorales, los cuales marcan el comportamiento electoral español; primero, que el bloque conservador está leyendo con más inteligencia los tiempos, que el bloque progresista. Entonces, debe llamarnos la atención que la estrategia progresista de relacionar al PP, centro derecha, con Vox, extrema derecha, poco o nada afecto al comportamiento electoral, es decir, el interpelar las banderas o las ideas que pregona el bloque conservador como la xenofobia, discriminación, machismo, nacionalismo descarnado, conservadurismo y rechazo a las políticas de justicia social, no calaron en la población en un rechazo, ya que puede tratarse de la normalización de las derechas y extremas derechas en el imaginario de la población española, esto se suma a lo que ocurre en Italia, Hungría, Argentina, en su momento en Brasil, EEUU y, por qué no, lo que ocurrió en nuestro propio país con Jeanine Añez y Luis Fernando Camacho.

Otro enclave, que se estuvo dando en las últimas semanas, son las posiciones en cuanto a las posibles coaliciones, a sabiendas de que el gobierno saliente es uno de coalición entre PSOE y PODEMOS, el actual presidente y candidato del PSOE, Pedro Sánchez, y el exvicepresidente Pablo Iglesias, actualmente la vicepresidenta y candidata de SUMAR, Yolanda Díaz; entonces ¿qué tan digerible es un gobierno de coalición para las y los españoles? En un primer debate entre el PP y PSOE lo que se buscó fue establecer que son los dos únicos partidos con posibilidades de ganar las elecciones y, segundo, que se hizo pública la coalición entre SUMAR y PSOE y, por otro lado, hasta el momento ni Vox y PP se refirieron a una posible coalición, en el hipotético caso que este último necesitara de los escaños de Vox para gobernar, que es lo más seguro.

En la misma línea, en el último debate del pasado 19 de julio solo asistieron los candidatos del PSOE, SUMAR y Vox, con la ausencia del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo. Los debates son espacios en los que el público conoce de mejor manera a los candidatos en cuanto a la preparación en temas específicos y cómo llegan a reaccionar en momentos incómodos durante el debate; en suma, ausentarse al último debate significa perder un espacio único que te permite dar a conocer las propuestas estructurales en cuanto a economía, vivienda, salud, educación, etc. Queda claro que los estrategas de PP hicieron algún cálculo político para no asistir al último debate, sin embargo, las repercusiones fueron negativas, ya que el PSOE llega a estos últimos días de remontada, cosa que hizo a los analistas políticos de España bajar las expectativas de los diferentes partidos, y en especial del PP, que luego de las municipales le daban como ganador de las elecciones generales.

En las elecciones del 23 de julio de España, la población tomará la decisión de mantenerse con un gobierno progresista, que tuvo que enfrentar a la pandemia del COVID-19, a una guerra inesperada y una economía en recesión; o girar a la derecha optando por el PP y Vox, que significaría un cambio radical de las políticas de gobierno y a todo lo que se ha venido haciendo con el gobierno saliente, por tal razón la población española este 23 de julio, ante las propuestas del bloque progresista y conservador que terminará siendo solo aditamentos en comparación a la importancia del discurso o el mensaje que los partidos, envíen a la gente, y que ese mensaje tenga la capacidad de interpelar a los votantes generando por último emociones racionales que determinen la inclinación por uno u otro partido.


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