Celebro la vida, el nacimiento y el curso que siguió su ideología hasta nuestros días. Bolívar nos hizo libres y bolivarianos y acuñó un concepto maravilloso llamado “Patria Grande”, que hemos de construir si queremos ser un continente potencia, y tenemos todo para llegar a serlo. Este concepto se debe analizar día a día en cada cosa que hacen gobierno y pueblo pensando en el bien común. ¿Resulta acaso tan difícil de realizar un sueño como el que tuvo El Libertador? Creo que sí, mientras exista tanta mezquindad y ambición, como la que también él padeció.
Pero hoy quiero rendir homenaje a Simón José Antonio de la Santísima Trinidad Bolívar Palacios Ponte y Blanco. Nació en Caracas un 24 de julio de 1783, Venezuela. Hijo de Juan Vicente Bolívar y Ponte-Andrade y María de la Concepción Palacios y Blanco. Fue el tercer hijo —le antecedían María Antonia, Juana y Juan Vicente—, el menor, aunque nació después le siguió una niña, María del Carmen, que murió antes de cumplir tres años.
De origen vasco, sus antecesores habían llegado a Venezuela a fines del siglo XVI. Su familia tenía en la provincia una destacada posición económica y social, nació con privilegios de su clase criolla. Con solo tres años quedó huérfano de padre. Su madre, mujer de carácter, administró los bienes hasta su muerte, solo seis años después de su marido, es decir, Bolívar tenía nueve años cuando conoció la orfandad total.
No había cumplido 14 años cuando en enero de 1797 ingresó como cadete en el Batallón de Milicias de Blancos de los Valles de Aragua, del cual había sido coronel su padre. En julio del año siguiente fue ascendido a subteniente, con 15 años de edad, con desempeño brillante. Así lo dice su hoja de servicios: “Valor: conocido; Aplicación: sobresaliente”.
Bolívar combinaba la instrucción práctica en los deberes militares con el aprendizaje teórico de materias consideradas entonces la base de la formación castrense: las matemáticas, el dibujo topográfico, la física, etcétera. Aprendió con Simón Rodríguez la filosofía, análisis político, a pensar de manera propia.
Lo que significa El Libertador para mí, para mi pueblo y para el mundo es indescriptible. Quiero acá rendirle un homenaje destacando los hechos que me parecen relevantes, aunque faltan muchos datos en esta columna, como sus obras, sus discursos, sus pensamientos, tanto y tanto que podría decir. Me detengo un momento en su relación con Manuelita Sáenz, donde demuestra su ruptura con los tiempos conservadores, la nombra generala del Ejército, reconoce su valor en la lucha independentista y la ama con pasión hasta su muerte.
Para todos y todas enumero los hechos y los datos que dicen más que mil palabras:
- El Ejército que comandó El Libertador nunca conquistó, solo liberó.
- Peleó en 472 batallas, siendo derrotado solo seis veces.
- Participó en 79 grandes batallas y solo tuvo riesgo de morir en 25 de ellas.
- Liberó seis naciones: Bolivia, Colombia, Ecuador, Panamá, Perú y Venezuela.
- Fue Jefe de Estado en cinco naciones: Bolivia, Perú, Guayaquil, Gran Colombia y Venezuela.
- Sus ideas de libertad fueron escritas en 92 proclamas y dos mil 632 cartas, muchas de ellas fueron dictadas de forma simultánea y en diferentes idiomas a distintos secretarios.
- Simón Bolívar es considerado el americano más destacado del siglo XIX, como también por sus acciones e ideas es llamado ‘El Hombre de América’.
Celebro el día que nació Bolívar con todo mi amor y respeto a su legado que pienso venerar y seguir por siempre.