El acto de censura del Ministro de Gobierno en la semana pasada, terminó por constituirse en un verdadero acontecimiento político. Porque va a marcar un antes y un después en la discusión política en el país; de aquí en adelante ya no hablaremos, al menos hasta no pasar las primarias electorales, de oficialismo versus oposición; hablaremos de evismo y Gobierno nacional.
Ese acontecimiento político obligó a tener dos tipos de respuesta de parte del presidente Arce: una primera respuesta que significaría un costo político, no hay duda de que cualquier decisión que asumiera, conllevaría un costo político; y en este caso se trataba de minimizar el costo político al interior de su gestión.
La segunda respuesta tenía que ver con la posibilidad de reposicionar políticamente al presidente Arce respecto del evismo. Porque no hay duda de que se lleva viviendo un tiempo de guerra interna en el masismo y que necesitaba de parte del Gobierno nacional de una respuesta.
De aquí en adelante se abren dos desafíos: continuar con las respuestas de gestión pública a las preocupaciones que a la gente más le interesa; y atender la interna política. En la medida que el Gobierno nacional haga de buen malabarista y sepa concitar la atención y confianza de la población en general durante todo este año, para darle continuidad al siguiente año a la respuesta política partidaria; habrá avanzado de manera estratégica y posiblemente hasta haberse sobrepuesto como potencial liderazgo político trascendente.
Por otra parte, indudablemente el evismo no cesará en seguir atacando a partir de su programa radial de los domingos en la mañana. En paralelo a eso, también se encargará de posicionar un discurso de victimización para adelantar espacios frente a su militancia. El tiempo político preelectoral está adelantado, y el acontecimiento político que aquí se describe forma parte de uno de los hitos históricos que iremos viviendo.