La Patria Grande como es sabido tiene las mayores reservas de recursos energéticos del planeta, apetecibles para todos los hambrientos, en especial para el dueño del “patio trasero”, tal cual manifestaba la jefa del Comando Sur de EEUU, Laura Richardson, quien en el evento de la Atlantic Council, ligado a la OTAN manifestaba que “tenemos” en el continente el 60 por ciento (Argentina, Bolivia, y Chile) de las mayores reservas de litio del mundo, “petróleo ligero y dulce en Guyana y Venezuela, el pulmón del planeta (Amazonas) en donde se encuentra el 31 por ciento de las reservas de agua dulce del mundo”.
Vox populi, las intervenciones que realizó Washington son conocidas; pero quizás aún no aprendidas por los Estados libres, en un mundo que ha ingresado a los principios de su final por la falta y carencia de recursos energéticos, agravada por la crisis económica ocasionada por las grandes multinacionales que bajo la capa de los imperios tratan de sostener sus monedas, el caso del dólar es una etapa más de su agonía frente al surgimiento de otras economías y monedas como los yuanes y los rublos que, si bien antes eran impensables o alejadas, hoy son la realidad más tangible que puede existir; así lo ha demostrado Brasil al insertar al yuan como la segunda moneda de sus reservas, la Argentina que se ha comprometido a comerciar con la moneda china en sus negocios con el gigante asiático, como Uruguay y recientemente el presidente Luis Arce de Bolivia manifestaron que se inclinarían por esa opción, pues “hay cambios que hay que saberlos leer”.
Los nervios y la inestabilidad de EEUU frente a la avanzada de la diplomacia comercial y económica de China obligan a tomar medidas en contra de los nuevos nexos de Latinoamérica. Los viejos recursos de la Casa Blanca nuevamente podrían ser retomados; pues sabemos que la parte sur del continente siempre fue bloqueada e intervenida bajo el glase de la Doctrina Monroe, la cual ya cumplió doscientos años y que al parecer sigue en vigencia, hibridizada y disfrazada en gobiernos fascistas y obsecuentes a EEUU en la zona, como el de Dina Boluarte en Perú o Guillermo Lasso en Ecuador.
Aprender las lecciones que nos da la historia debe ser una constante; pues así como EEUU envió en 1965 miles de soldados a la República Dominicana e invadió Panamá en 1989 para salvaguardar sus intereses, nuevamente pueden ser replicados.
Los recursos energéticos tienen fecha de expiración, y seguramente cuando se terminen se seguirán explotando más territorios sin importar el gobierno o monarca que esté. Nuestro planeta no es el límite, ya que están los cuerpos celestes, los que se encuentran fuera de la atmósfera terrestre como la Luna o los asteroides, los cuales tienen los recursos energéticos que en la Tierra ya están agotados. En esa línea, quienes los exploten y se enriquezcan con ellos no serán los países del tercer mundo, sino aquellos que tienen el capital y el dinero; multinacionales que obedecen a los emporios de poder bajo la sombra de los imperios.
El Continente Americano en sus albores era un territorio que vivía en paz con la naturaleza, sin embargo, con la llegada de la colonización y su hijo el capitalismo, el sistema de vida de sus habitantes colapsó, secuelas que hasta el día de hoy han quedado; cristalizadas en individuos y grupos de poder que no tienen más interés que el de acumular riqueza y capitales en desmedro de los pobres y miserables.
Por ello es que los latinoamericanos deben ser conscientes en la elección de sus gobernantes, sus derroteros deben ser de cara a la defensa de sus recursos naturales; pues ya se han soportado más de 500 años de explotación en todas las esferas, por ende no se debe tolerar ni mucho menos permitir que sigan refiriéndose a la Patria Grande como si fuera de su pertenencia, tal cual lo manifestó la Jefa del Comando Sur al referirse a los recursos de Latinoamérica cuando dijo: “Tenemos”, por lo tanto defenderlos y protegerlos no sólo es una cuestión de elegir a un gobierno de turno o de moda, sino a uno que tenga la convicción certera para su nación y el Continente, de no ser así, nuevamente las naciones del Abya Yala serán los parias obsecuentes a los imperios con la diferencia de que esta vez no sólo se dará oro y plata, sino litio agua y petróleo.