Hace unos doce años, concretamente en 2012, Netanyahu anunció que no había necesidad de negociaciones con los palestinos y que no había una solución pacífica con ellos, que no hacía falta un Estado palestino. Mucho antes de esta fecha, Bolivia decidió estar en el lado correcto de la historia solidarizándose y apoyando a la causa justa del pueblo palestino y su legitima lucha para lograr su libertad según el derecho internacional.
Bolivia ha roto sus relaciones diplomáticas con el país de la ocupación; abrió una embajada del Estado de Palestina en La Paz en el año 2018, ha nombrado un embajador ante el Estado de Palestina, ha votado siempre a favor del derecho palestino en todos los foros internacionales y hace dos meses envió a Gaza 90 toneladas de alimentos y medicamentos; asimismo, presentó una solicitud de investigación ante la Corte Penal Internacional sobre la situación en los territorios palestinos ocupados y apoyó la demanda de Sudáfrica ante el Tribunal de la Corte Internacional de Justicia sobre el genocidio del pueblo palestino a manos del ejército israelí. Bolivia ha demostrado una vez más su compromiso con la paz, con la justicia, con los derechos humanos y con el derecho internacional.
El apoyo de Bolivia a la presentación de la demanda de Sudáfrica confirma la prioridad, importancia y grandeza de sus vínculos, fuertes y duraderos, con la lucha del pueblo palestino. También representa la importancia y el significado del compromiso y la lealtad en la relación estrecha y esencial entre los dos pueblos y el mundo. La demanda indica el deseo de Bolivia de desafiar el injusto sistema internacional dominado, con arrogancia y soberbia, por países coloniales, tal y como lo han desafiado los palestinos más de una vez.
Es evidente que Bolivia tiene altos principios, impulsa la moral y el valor de una experiencia similar apagada por el fuego del odioso fascismo colonial y el “apartheid”, muestra un profundo sufrimiento humano y cree firmemente en la necesidad de castigar los crímenes.
El pueblo boliviano se muestra activo y solidario, respondiendo de forma efectiva y positiva, como debería hacer cualquier ser humano, ante el número insoportable de víctimas del asesinato, del desastre y del genocidio de inocentes en la orgullosa Gaza, donde hay más de 120.000 civiles asesinados y heridos en sus hogares ante los ojos de todo el mundo.
La fe en la justicia motiva a los Pueblos en lucha del mundo a trabajar y a dar, aguzando su voluntad y desafiando las dificultades, dando pequeños y duraderos pasos de lucha frente a la gente pasiva que se entrega a las terribles cifras y a los hechos sin la más mínima acción, sin inmutarse. Es muy importante mirar la realidad con profundidad, con sensibilidad frente a la injusticia común y mostrar resistencia a la ocupación y a la tiranía. Es muy importante una solidaridad internacional “activa” que luche por la libertad, por la paz y por el derecho a la autodeterminación para todos los pueblos.
Bolivia con su acto de lucha derribó el muro de las creencias, de género, de color y del idioma dejando en evidencia a aquellos numerosos rostros sombríos que dicen apoyar a Palestina verbalmente pero que cuando llega el momento de actuar, cierran los ojos y la ignoran o continúan gritando apoyo como parte de una escenificación vacía.
Bolivia repicó la campana por la verdad, la justicia y la humanidad; con su acción encendió un fuego en más de 50 países que estaban confundidos o temerosos. Un desafío con el que triunfaron por sí mismos y por la justicia, por eso apoyaron a la demanda.
Por medio de la ley, la política y la diplomacia, actualmente Bolivia defiende la humanidad, la justicia y la sangre de mujeres, hombres y niños inocentes; defiende el derecho y la solidaridad de los pueblos, resiste con su trabajo real contra la agresión y denuncia el terrorismo, el racismo y la máquina de matar “única y distintiva”. Bolivia con sus medidas de lealtad y solidaridad genera esperanza para los palestinos, principalmente a aquellos que están bajo el fuego de la agresión en la Franja de Gaza, y para todos los pueblos libres del mundo. Su modelo de acción será inmortalizado y Palestina no lo olvidará.
