Después del fracaso de ‘El fraude electoral’, fraude monumental, Censo 2023 sí o sí, los cabildos, el paro y bloqueo de 36 días, la ley de amnistía, el proceso revocatorio, los gritos de persecución política y otros, los políticos que participaron en el golpe de Estado de 2019 y gobierno de facto de Jeanine Añez, ahora DESCONFÍAN DEL CENSO NACIONAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA PARA DESESTABILIZAR al gobierno constitucional y legítimo de Luis Arce Catacora y David Choquehuanca, constituido por ministros, viceministros, diputados, senadores, gerentes y directores aymaras, quechuas, indígenas, originarios y campesinos con ponchos y polleras, elegidos merecidamente por el pueblo; desconfianza injustificada y carente de argumentos legales —propios de los anarquistas—, solo diciendo que no es confiable para las elecciones generales de 2025 por falta de transparencia, sin decir en qué consiste esa supuesta falta de transparencia.
Al respecto, cabe precisar que el CENSO NACIONAL DE POBLACIÓN Y VIVIENDA, realizado mediante un trabajo eminentemente técnico y transparente por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que culminará el 23 de marzo de 2024, no puede servir de motivo para desestabilizar al Gobierno constitucional elegido en las elecciones generales de 18 de octubre 2020 ni para desconocer al 55,1 % de los ciudadanos que los eligieron con el poder de su voto, al menos no hay ninguna razón para ello. Solo los intereses personales y de grupo de quienes cometieron delitos dando el golpe de Estado el 2019 y durante el gobierno de facto de la autonombrada Jeanine Añez se idearon esa desconfianza antipatriótica.
Sin embargo, los golpistas ampliamente conocidos lanzan su desconfianza caprichosamente, basados una vez más en la ESTRATEGIA DE LA MENTIRA, desinformando, engañando y manipulando al pueblo boliviano, porque —no cabe duda— se informaron que Joseph Goebbels asesorando a Adolf Hitler le decía: “Miente, miente, miente, que algo quedará, cuanto más grande sea una mentira, más gente la creerá”; olvidándose muy rápido que sus mentiras y amenazas de la ley de amnistía, el proceso revocatorio y otras, lanzadas absurdamente y rayando en el cretinismo, les sirvieron para recibir el rechazo del 99% de las bolivianas y bolivianos, incluidos sus propios seguidores; eso ocurre porque los mentirosos cínicos se hacen descubrir sus mentiras haciéndose a las víctimas, actuando con cinismo elevado a la máxima potencia.
Con la desconfianza que nos ocupa, los golpistas y la derecha fascista hacen ver que no quieren festejar el Bicentenario de la independencia de Bolivia con un gobierno democrático, sino con una dictadura, volviendo a la era Republicana y después al Coloniaje para que Bolivia vuelva a ser saqueada como en el gobierno de facto referido, y como lo hicieron con la plata del Cerro Rico de Potosí, el oro, el estaño —entre otros— en el Coloniaje y la era Republicana; al menos ese es el mensaje que dan sus actos políticos. Analizándolos detenidamente y sin apasionamientos de ninguna clase, esa clase de políticos cree que “fracasar no es morir, es volver a empezar”, por ello seguirán mintiendo y no cesarán en conflictuar y desestabilizar el país
Conducta que hace ver que no cesarán en lanzar nuevos actos desestabilizadores, relacionados con la economía, educación, salud, elección de magistrados, ley electoral, distribución de escaños, los 2/3, 3/4, 4/5, consenso y otros, difundiéndolos por las redes sociales, los “guerreros digitales”, y la INDUSTRIA de LA DESINFORMACIÓN —como si fueran noticias de interés social—, para inviabilizar las elecciones, desestabilizar y dar un golpe de Estado anunciando la segunda era queriendo resucitar. Pareciera que solo esperan la orden del imperio. Al respecto, la Biblia en Proverbios 27. 22 dice: “Aunque majes al necio en un mortero entre granos de trigo majados con el pisón, no se apartará de él su necedad”.