En el corazón del Chapare, Evo Morales logró su cometido final, hacerse de la Dirección Nacional del MAS-IPSP y lanzar su candidatura a las elecciones de 2025 como “candidato único”. Rodeado de una enardecida fanaticada, el expresidente declaró que tiene la misión de “recuperar Bolivia” y de promocionar la “revolución dentro de la revolución”.
La estrategia de Morales se materializó con un estatuto hecho a su imagen y semejanza, todo el marco legal/institucional del X Congreso del MAS-IPSP se fundamentó en este instrumento normativo.
No obstante, los artículos 10, 15 y 16 del Estatuto Orgánico del MAS-IPSP establecen la participación neurálgica de las organizaciones matrices que componen esta fuerza política. Hablamos de la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB) y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígena Originarias de Bolivia “Bartolina Sisa” (CNMCIOB-BS).
Todas estas organizaciones sindicales eligieron sus respectivos comités ejecutivos en congresos nacionales, sin embargo, no participaron del X Congreso del MAS-IPSP en Lauca Ñ. Ni los campesinos encabezados por Lucio Quispe, ni las ‘Bartolinas’ dirigidas por Guillermina Kuno, ni el grueso de los Interculturales bajo la batuta de Esteban Alavi fueron tomados en cuenta para la realización del X Congreso del MAS-IPSP.
Por lo tanto, el congreso digitado por Evo en el Chapare es solo un encuentro de sus bases más serviciales sin la participación de las auténticas y reconocidas organizaciones matrices (CSUTCB, CSCIOB, CNMCIOB-BS). En este contexto podemos afirmar que el X Congreso del MAS-IPSP carece de legitimidad y legalidad, por no cumplir con lo estipulado en la norma y por excluir a organizaciones sindicales fundamentales.
Evo se muestra desesperado por electoralizar el país y no perder su base social, preponderantemente situada en sectores del trópico (federaciones de cocaleros) y pequeñas facciones de la clase media encarnadas en sus exministros y colaboradores más cercanos.
Impaciente, lleno de odio y resentimiento, Morales no tuvo contemplación con sus enemigos. Acusó al Gobierno nacional de intentar proscribir al MAS-IPSP y de adoptar políticas económicas de derecha. Lanzó todos sus dardos contra su exministro Luis Arce Catacora, lo inculpó de tener una “formación 100% neoliberal” por su carrera como economista en el Banco Central de Bolivia en décadas pasadas. ¿Evo se enteró recién?
Su intento de catapultarse a la gloria fue frustrado por la Sala Constitucional Primera del Tribunal Departamental de Justicia de Santa Cruz, que ha dispuesto suspender el X Congreso Nacional del MAS-IPSP. A ello se suma la organización de un cabildo este 17 de octubre, en el que sí participarán activamente las organizaciones matrices del MAS-IPSP, posibilitando un desenlace distinto al maquinado por Morales rumbo a las elecciones de 2025.