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Marcelo Arequipa Azurduy

El horizonte del Yo Lucho por Bolivia

Comienzo con un principio que lleva dominando la política en estos últimos tiempos: se construye hegemonía en la medida que se es capaz de instalar sentidos comunes en la opinión pública. Es decir, la política más que una discusión de razones y ataques entre los unos y los otros, es y mucho, un escenario en el que la batalla por la emociones juega un papel central.

Llevo esta idea de inicio al terreno del discurso por el aniversario de la primera mitad de mandato del presidente Arce, un momento en el que se estableció de entrada una suerte de diagnóstico de cómo se recibió la presidencia del Estado, y las acciones acometidas a partir de ahí en lo social, económico y político. Pero esta primera parte no es la que interesa poner en el centro aquí, sino lo segundo.

Entonces, luego del diagnóstico que nos presentó el presidente, vino la descripción de varios titulares que comienzan a jugar un importante papel en esta idea de instalar sentidos comunes, paso a enumerar tres:

Pueblo y jóvenes con ciencia, pero también con conciencia social: la consideración de que los jóvenes que se vayan a formar académicamente juegan un papel central en los planes de gestión, pero no solamente como futuros burócratas, sino como actores que serán los que pondrán en movimiento la economía del país. Se complementa con la segunda parte de la idea de que estos tengan una identidad política fuerte cuyo principal contenido sea el hecho de que tienen conciencia social y que por tanto estos sepan conjugar modernidad con raíz identitaria; quizá aquí radica la idea del nuevo sujeto transformador histórico.

Gobierno del pueblo por el pueblo: al asumir en su mensaje esta máxima, el presidente lleva estableciendo la idea de que se visualiza como uno más dentro del proceso histórico, no como alguien que se ubica por encima de la base organizacional que posee el Movimiento Al Socialismo, ergo nos está diciendo que él no es el partido, sino que él es parte del partido. Ya dijo algo parecido en noviembre del año pasado con motivo de la promulgación de la Ley de aplicación de los resultados del Censo, que se visualizaba como un militante más de su partido y no como alguien que estaba al margen de aquello.

Gobierno de la industrialización: este es el titular más importante, en el sentido de que los detractores del gobierno nacional llevaban instalando un sentido común de que Arce no tendría un plan, o una hoja de ruta de lo que quiere hacer con el país, que el modelo estaría agotado, o que simplemente se trata de un presidente administrador. A partir del anuncio de llegar al 2025 con un país que hubiera sentado las bases de la industrialización y que esta se pone en marcha, el presidente Arce plantea un horizonte político que hoy está ausente en el campo de las oposiciones políticas y de sus detractores, entonces estos están obligados ahora a responder a ese mensaje.

Las respuestas por ahora son reactivas, en el orden de buscar generar ruido, no son en el orden de plantear un otro horizonte, aquí es donde considero que radica su principal error de estrategia, porque se ven obligados a repetir las mismas acciones del pasado, y ya sabemos de sobra el resultado al que conducen esos movimientos: al fracaso.


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