Este 15 de mayo se cumplen 75 años desde que la Nakba (catástrofe en árabe) Palestina tuvo lugar, ocasión en que Naciones Unidas favoreció la creación de Israel, promoviendo la limpieza étnica de Palestina en manos del proyecto colonial sionista, campaña ideada por el “Plan Dalet” que llevó a la avalancha masiva de refugiados en 1948, en la que más de 900 mil palestinos fueron expulsados por la fuerza de sus hogares, de sus tierras, donde más de 531 aldeas fueron destruidas y más de 13 mil palestinos fueron asesinados por el régimen israelí.
Desde ese día, más de 7 millones de refugiados palestinos se encuentran en todas partes del mundo, los que aún siguen impedidos de retornar a sus tierras y los que tienen derecho al retorno; pues el proyecto sionista que permitió la fundación de un Estado exclusivamente judío dio paso a una Nakba mayor que continúa hasta nuestros días.
Una limpieza étnica que sigue en ejecución con la expansión de asentamientos ilegales y el robo de tierras que Israel lleva a cabo desde 1948; ya que controla más del 85% de los territorios palestinos.
Hace más de siete décadas ante los ojos de la comunidad internacional, quienes implícitamente se han convertido en cómplices de esta injusticia, al seguir socapando la impunidad a Israel, al que no sancionan, ni bloquean, ni censuran, ante la catástrofe del pueblo palestino, arrestos, ejecuciones sumarias, apartheid, ocupación, colonialismo, el genocidio, el infanticidio, la violación constante al derecho internacional, los crímenes de guerra, la matanza diaria a sangre fría de niños, mujeres, gente civil como la reciente masacre realizada en la Franja de Gaza, la cárcel al aire libre más grande del mundo que desde 2007 sigue bloqueada por todos lados, en donde ya fueron asesinados en el cuarto día de agresión israelí, mientras se escriben estas líneas, más de 33 personas, entre ellos seis niños y tres mujeres, mientras la cifra de los heridos alcanzó ya los 100, entre los que hay 32 niños y 17 mujeres.
Palestina, una historia interminable de tumbas; según los informes, en 20 años, Israel ha matado a más de 20 mil niños palestinos, y desde 2011 ha destruido más de 30 escuelas, y además de ello, arresta, detiene y encarcela a menores de 18 años, una violación sistemática a los Derechos del Niño, porque Israel es el único país del mundo que sistemáticamente procesa a menores ante tribunales militares; ya que cada año arresta, detiene y enjuicia en el sistema de justicia militar entre 500 y 700 niños palestinos, según la organización Defensa de los Niños Internacional, Sección Palestina.
Esta lógica sionista de borrar a todo un pueblo se está cumpliendo, pues el apartheid que practica contra Palestina según Noam Chomsky es peor que el de Sudáfrica. El descaro de los crímenes de guerra que comete bajo la capa de Estados Unidos, los países europeos y sus gendarmes los apoyan, no solo con la financiación para el envío de armas, sino en su encubrimiento respecto a las leyes violadas y el armamento mediático, pues el control de las grandes multinacionales de comunicación es también sionista, de acuerdo con Jesús Gonzáles Pazos, en su libro Medios de comunicación, ¿al servicio de quién?
Este lobby sionista hace que los medios hegemónicos no cubran las masacres y los asesinatos también a periodistas palestinos, evidenciando la impunidad que tiene Israel en callar la realidad del pueblo palestino; ya que son más de 20 periodistas asesinados desde 2002, según el informe del Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ por su sigla en inglés), al cumplirse un año de la muerte de la periodista palestina de Al Jazeera, Shireen Abu Akleh, por un disparo en la cara de un soldado israelí mientras ella cubría, con equipo de protección e identificada como prensa, una redada del Ejército en Yenín, Cisjordania ocupada.
Una Nakba continua desde hace 75 años, pero viva; pues también existen pueblos del mundo que apoyan la causa palestina, entre ellos el Estado Plurinacional de Bolivia, en su reconocimiento a Palestina en 2010 como un Estado soberano e independiente con sus fronteras de 1967, y en su rechazo en 2023 a las agresiones del régimen israelí; pues mientras no haya paz en Palestina, no habrá paz en el mundo.
