Mi homenaje a María Isabel Viscarra Quezada, la Chabelita, sembradora de sueños, de quehacer revolucionario, traducido en entrega, generosidad, solidaria y consecuente sin parangón. Recuerdo que cuando la veía, siempre pensaba, y más de alguna vez se lo dije en son de broma y con mucha seriedad: “cuando sea grande quiero ser como tú, Chavelita” consecuente, valiente y guerrera.
Chabelita, cómo expresar en estas breves palabras la admiración que le tengo. Hoy atraviesa por una situación muy delicada de salud, es el momento de invocar a esa gran energía que tenemos todas y todos quienes estamos a su alrededor para pedir que se recupere pronto y decirle que la necesitamos.
En realidad, el mundo necesita personas de la talla y talante de Chabelita, al timón de su trinchera de lucha, el Café Semilla Juvenil. Su sede, como sigue siendo, era un punto de encuentro, reflexión y análisis, pero sobre todo de mucho cariño y calor humano. Un lugar de reunión de jóvenes y no tan jóvenes, en fin, de hermanas y hermanos, un gran espacio chiquito de nuestra Patria Grande.
Desde muy joven Chabelita definió su norte y el sur de su trabajo comunitario, solidario y humanista. Su comprensión del aymara, alemán y castellano, tres idiomas que domina, le han permitido un gran espectro de acercamiento a pueblos y personas, a ideas y sueños distintos, por eso tambien su respeto y amor incondicional a cualquier forma de pensamiento y expresion desde una vision humanista y cristiana. Es también militante católica, de la teoría de la liberación. El 25 de octubre de 1986 se inauguró el Café Semilla Juvenil, ahí estuvieron, también, otras grandes mujeres bolivianas, Matilde Casazola y Ana María Romero, Anamar; en San Pedro. El Café Semilla hasta hoy continúa su labor de reunir jóvenes para un camino de vida que tenga sentido en el bien común.
Desde que la conozco, jamás la he visto enojada, su sonrisa emerge espontánea, cálida. Con más de 80 años, nunca dejó de asistir a un encuentro de solidaridad por Venezuela, el trabajo que hizo cuando el presidente Chávez estuvo enfermo fue increíble, maravilloso, lleno de amor, como todo su accionar.
En una entrevista realizada por el periodista Ricardo Bajo en noviembre de 2022 nos cuenta que “Chabelita es muy crítica de las fallas internas de los procesos revolucionarios de América Latina, de la falta de formación política y autocrítica. Confía en un Cristo liberador, en la mística de los pueblos y arremete con dureza contra una jerarquía católica “traidora y cabrona”. Su frase favorita contra el desánimo y la desilusión me gusta: ‘Esperar contra toda esperanza’. Es una cita de la Biblia, de la Epístola a los romanos”. De ahí tomé el título para esta columna.
También le dijo a Ricardo Bajo que su último sueño es el proyecto “Semillita”, un centro para “wawas”, una idea de la periodista Lucía Sauma. “No vamos a cambiar el mundo, eso sería arrogante de nuestra parte a estas alturas, pero gota a gota algo surgirá. Lo que no se hizo, se hará”.
Ay, Chavelita querida, tenemos que comprometernos a que “lo que no se hizo se hará” y este tu proyecto tan bonito tenemos que sacar adelante entre todas y todos. Porque has sembrado tanta semilla que de las mismas has cosechado y visto crecer los frutos que te acompañan siempre, amor con amor se paga.
Tu paradigma es lo que hoy precisa Bolivia y el mundo para ser mejor. Y aquí estamos de pie, junto a ti y seguiremos esperando, con toda la esperanza, que te recuperes pronto. (Cris Gonzalez es directora de la revista www.correodelalba.org)