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José E. Pradel B.

IRD, 57 años aportando al desarrollo de la ciencia en Bolivia

Hace 57 años, a mediados de septiembre de 1968, llegaron a Bolivia los investigadores franceses Pierre Tomasi y Claude Martinez, de la entonces ORSTOM (Office de la Recherche Scientifique et Technique Outre-Mer), institución que hoy se conoce como IRD (Institut de Recherche pour le Développement). Su misión era realizar estudios geológicos y tectónicos. Desde ese momento se inició una profunda colaboración científica entre Francia y Bolivia.

Las primeras investigaciones se centraron en el estudio de la historia estructural de los Andes. Como resultado, se publicaron importantes documentos, entre ellos el ‘Mapa Tectónico de Bolivia’ y el ‘Mapa Estructural de los Andes Septentrionales de Bolivia’. Paralelamente, el investigador François Risacher, realizó estudios sobre los salares y confirmó la presencia, en grandes magnitudes, de litio, potasio, cloro y otros minerales no metálicos en el Salar de Uyuni. Al mismo tiempo, otros investigadores se dedicaron al análisis de yacimientos detríticos de oro, sus fuentes primarias y la paleoclimatología en el Altiplano y, además, junto a técnicos de YPFB, se realizaron investigaciones sobre las cadenas montañosas, marcando un hito en la articulación entre la ciencia y el sector energético del país.

De esta manera, en los lagos Titicaca y Poopó también se llevaron a cabo importantes investigaciones limnológicas, paleoclimáticas e hidrobiológicas. Estos trabajos dieron lugar a la publicación del mapa de la vegetación acuática del lago Poopó, de las lagunas de Ichu Kotta y de una parte del lago Titicaca, así como a estudios detallados sobre las especies de peces.

Poco a poco esta cooperación científica se fue expandiendo a otras áreas de investigación y a su vez, aportó desde aquel momento con la formación de técnicos, profesionales e investigadores bolivianos.

En el ámbito de la salud, en colaboración con el IBBA y el Inlasa, se realizaron investigaciones sobre nutrición, los usos de la hoja de coca y diversas enfermedades parasitarias, como la enfermeda de Chagas y la leishmaniosis. Estos trabajos aportaron al desarrollo de un sistema de vigilancia epidemiológica y permitieron establecer un tratamiento alternativo basado en moléculas antileishmanianas derivadas de quinoleínas extraídas de la planta Galipea longiflora.

Paralelamente, los estudios pioneros sobre glaciares han permitido reconstruir la evolución climática y atmosférica de los Andes tropicales. En el ámbito agrícola, el IRD también marcó un precedente en el estudio de la papa, entre otros.

Es necesario mencionar la contribución decisiva en la investigación de la hidrobiología, como la biodiversidad acuática y la genética de especies amazónicas que dieron origen a la creación del CIRA y el Museo Ictícola de la UABJB. Asimismo, sobre la Amazonía boliviana se elaboró su primer balance hídrico.

En los últimos años, el IRD junto a socios locales desarrolló el proyecto ‘Lucha contra el uso de mercurio en Bolivia en las actividades de extracción de oro y reducción de sus impactos’, que culminó con la publicación de un documento que compila recomendaciones de políticas estratégicas en áreas de gobernanza, capacitación, medio ambiente y salud.

A su vez, desarrolla el proyecto denominado “Vulnerabilidad y Adaptaciones a los Cambios en la Disponibilidad de Recursos Hídricos en la Cuenca Transfronteriza Pilcomayo”, cuyo objetivo es establecer diagnósticos socioambientales, de salud, de gestión del agua y de los recursos naturales como la pesca, entre otros, con el fin de contribuir a la elaboración de políticas y reforzar la cooperación entre los países desde una perspectiva regional.

De esta manera, lo que comenzó con un pequeño grupo de investigadores franceses, con el transcurso de los años se convirtió en un espacio relevante para la investigación y la cooperación científica entre Bolivia y Francia.

Por: José E. Pradel B./


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