En una entrevista con American Associated Press publicada el miércoles 6 de septiembre de 2023, el exjefe del Mossad (Servicio de Inteligencia Exterior) entre 2011 y 2016, Tamir Pardo, afirmó: “Aquí hay un régimen de apartheid”, en dichas declaraciones consideraba que Israel estaba imponiendo un régimen de “apartheid” en la Cisjordania ocupada desde la guerra de 1967 y añadió: “Cuando dos pueblos en una tierra son tratados según dos sistemas legales diferentes, esto es un sistema de apartheid”, agregando que los palestinos arrestados por el ejército o los servicios de seguridad israelíes son remitidos a tribunales militares, mientras que los israelíes que son residentes de asentamientos, que violan la Ley Internacional tal y como consideran las Naciones Unidas, son remitidos a tribunales civiles.
Las declaraciones de Pardo son la crítica más clara de un ex alto funcionario israelí a las prácticas de su gobierno en Cisjordania tras el recrudecimiento bajo la actual coalición de Benjamín Netanyahu, considerada la más derechista en la historia del Estado hebreo. Las mencionadas declaraciones se suman a comentarios similares hechos recientemente por funcionarios y diplomáticos israelíes, en los que advirtieron que el Estado hebreo podría convertirse en un Estado de apartheid si continuaba con sus prácticas en la ocupada Cisjordania. Posteriormente, el periodista Gedeón Levy publicó un artículo en el periódico hebreo “Haaretz” el 10 de septiembre de 2023, en el que señaló que los soldados del ejército israelí se han convertido en criminales de guerra y que los palestinos no tienen a nadie que los proteja.
En abril de 2021, Human Rights Watch, con sede en Nueva York, se unió a varias organizaciones de derechos humanos palestinas e israelíes en su decisión de utilizar el término “apartheid” para describir las políticas practicadas por Tel Aviv hacia los palestinos. En 2022, Amnistía Internacional acusó a Israel de cometer “apartheid” contra los palestinos y de tratarlos como un “grupo étnico inferior”. No obstante, Pardo fue el más claro al criticar las medidas israelíes y calificarlas de “apartheid”, y ello conllevó duras reacciones a nivel político, así como en la estructura de seguridad y militar; el partido Likud, liderado por Netanyahu, consideró las declaraciones de Pardo “defectuosas y equivocadas”.
La actual coalición de gobierno, encabezada por Netanyahu, incluye figuras y partidos políticos de derecha y extrema derecha que apoyan la anexión de toda Cisjordania y la continuación de la política de asentamientos en sus tierras. Hace unas dos semanas, Netanyahu apoyó al ministro de Seguridad de extrema derecha, Itamar Ben Gvir, después de que este declarara al Canal 12 israelí: “Mi derecho, así como el derecho de mi esposa y mis hijos a circular por las carreteras (en Cisjordania) es más importante que la libertad de movimiento de los palestinos”.
En vista de los horribles crímenes cometidos por los grupos organizados y armados de colonos en la Cisjordania ocupada, los líderes del ejército y las agencias de ocupación, incluido el Shin Bet y la Policía, se vieron obligados a admitir la gravedad de estos crímenes en la medida en que también los hemos descrito durante muchos años como terrorismo, en un reconocimiento explícito, claro y público de la existencia del terrorismo nacional cometido por miles de colonos mientras portan armas, y disfrutan de la protección pública del ejército de ocupación y la cobertura política de los ministros del gobierno israelí.
Todos los intentos israelíes de ocultar la naturaleza del régimen racista impuesto por el gobierno de ocupación en los territorios palestinos ocupados han fracasado. Consecuentemente, Israel ya no puede defenderse frente a las acusaciones internacionales de que es un Estado de apartheid. Realmente lo que falta es la necesidad de una voluntad internacional para condenar a este régimen racista e imponerle sanciones, tal como ocurrió a principios de los años noventa con el régimen del apartheid en Sudáfrica.
Las declaraciones de Pardo no están fuera del contexto de las acciones y declaraciones oficiales israelíes que condenan a Israel como un estado de apartheid. Netanyahu en febrero declaró en el canal CNN que no tiene la intención de reanudar las conversaciones de paz con los palestinos porque sus planes no incluyen establecer un Estado para ellos. Dijo que su idea de una “paz práctica” implicaba permitir a los palestinos gestionar sus asuntos civiles dentro de territorios bajo soberanía israelí efectiva, sin posibilidad de concederles ningún derecho político.
Ciertamente, la evolución de la situación interna en Israel y el fortalecimiento de la posición de las fuerzas “fascistas” se han convertido en una gran amenaza para la propia entidad estatal y no solo para los no judíos. Durante 75 años han intentado ocultar los fundamentos del racismo intelectual en la cultura sionista. Su peligro se ha profundizado con el crecimiento de los grupos de colonos que se han convertido en la fuerza dominante en la tierra ocupada de Palestina, en la actual configuración del paisaje israelí.