África, el tercer continente más extenso del planeta, debe su nombre a una derivación de la palabra “afri”. Los antiguos europeos los denominaron “afri”, que proviene de las lenguas fenicias: “afar”, que significa “polvoriento”, e “ifri”, que se traduce como “caverna”. No sabremos cómo se denominaban a sí mismas las poblaciones del lado del río Nilo que interactuaron con los primeros europeos.
Las teorías más sólidas señalan que África es el continente cuna del Homo Sapiens. Esto ocurrió después de que diversas especies de primates, como homínidos y antropoides, experimentaran una evolución a lo largo de millones de años. Posteriormente, estas especies emigraron desde aquel continente. Numerosas investigaciones echaron por tierra cualquier especulación de superioridad de la “raza blanca”, porque en definitiva todos provendríamos de África.
África, después de su liberación colonial, quedó compuesta por muchos países, los que actualmente suman 54. Los dejaron divididos y enfrentados, mermaron su población.
Los límites del continente africano son: al Norte con el Mar Mediterráneo, al Sur con los océanos Índico y Atlántico, al Este con el Mar Rojo y el Océano Índico, y al Oeste con el océano Atlántico. Su superficie total es de 30 millones 272 mil 922 km, que representa un 20% del total de las tierras del planeta. A modo comparativo, América tiene una superficie total de 42 millones 264 mil 723 km.
Se encuentran en tierras africanas el río Nilo, el más extenso del mundo, y el desierto más grande, el Sahara. También el continente cuenta con diversas islas, algunas de las cuales son naciones independientes y otras siguen siendo colonias. Una de las más conocidas es Madagascar, la cuarta más extensa de la Tierra.
Compartimos con este continente el haber sido antiguas colonias europeas. Pero en África, recién en los años 60 del siglo pasado, alcanzaron la mayoría de los países su independencia, aunque muchos siguen subyugados a través de relaciones económicas desiguales con la Unión Europea (UE). A la región africana se le considera “subdesarrollada”, condición a la que la destinaron después del expolio y las formas depredadoras de las colonias que hicieron de este continente el mayor suministro de esclavos y esclavas tanto para América como para Europa. Hoy aproximadamente 350 millones de personas, es decir, el 36% de la población africana, vive con menos de un dólar al día.
China es el socio comercial más importante de África, después de los Estados Unidos y la UE, país que ha invertido en proyectos industriales que abarcan desde la construcción de carreteras, la explotación de recursos de hidrocarburos y minerales, hasta la edificación de embalses, viviendas y hospitales.
El presidente ruso, Vladímir Putin, hace poco condonó la deuda de países africanos con Rusia y les prometió el abastecimiento del grano ruso y ucraniano incluso de forma gratuita en la Cumbre Rusia-África recién pasada.
La próxima cumbre de los Brics, a realizarse entre el 22 y 24 de agosto, será en Sudáfrica. Y así podría seguir enumerando la importancia fundamental que hoy este continente está tomando para el mundo multipolar. Las garras del Imperio se aferran a algunos países del África para irrumpir en la geopolítica, mientras los parlamentos de Venezuela y África Austral unen esfuerzos por la prosperidad de los pueblos.
En resumen, emerge lo gravitante que está siendo el continente africano, que los países occidentales han querido mantener después de su independencia como Tercer Mundo, subdesarrollado, salvaje. Pues hoy el mundo multipolar pone a África en su justo sitio de gran continente. Estaré al pendiente.
