Me preguntó cuánta gente ha visto o ha tenido un dólar en su mano alguna vez en su vida, no es la mayoría, sin lugar a dudas, y no obstante pienso en el mundo y en la gente común que se ve afectada día a día por la famosa divisa verde norteamericana.
Esto tiene un principio y espero que pronto un final. Dónde surge, pues en los Acuerdos de Bretton Woods, donde delegados de 44 naciones se dieron cita en Mount Washington Hotel en Bretton Woods, New Hampshire, por supuesto quien llevó la batuta fue el país anfitrión, Estados Unidos, que, en esos momentos y gracias a las guerras, se alzaba como potencia mundial. Esto pasó hace 79 años, en 1944, en la antesala del fin de la Primera Guerra Mundial. Allí se tomaron decisiones a nivel económico que afectarían a todo el planeta y sobre todo a América Latina con la creación del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial y las consecuencias que conocemos hasta hoy. Allí tuvo lugar el cambio de patrón oro al dólar, pero en ese momento se estableció que “siempre que su valor estuviese respaldado en oro”, pero en 1971, durante la presidencia de Richard Nixon, y con el cambio global al neoliberalismo, se rompió ese respaldo. Por lo que el dólar pasa a depender exclusivamente de la “confianza” que le otorga la sociedad y no es una ironía.
Estados Unidos, ya consolidado como imperio, pasó a dominar la economía global, hasta ahora. El dólar estadounidense devino —en esa reunión— en la principal moneda de reserva y de referencia a nivel internacional. Hasta hace pocos años, la divisa era utilizada en el 87,6% de las transacciones a nivel mundial, y representaba alrededor del 60% de las reservas globales.
Se pasa a la hegemonía del dólar todas las ventajas para Estados Unidos, ya que le permite tener frecuentemente déficits presupuestarios, incurriendo en gastos extraordinarios que son cubiertos con la emisión de moneda. Es decir, imprime moneda a destajo, como la ha hecho y lo está haciendo actualmente, sin respaldo de nada.
Las hiperinflaciones han atacado a los países vulnerables, en 1999 Ecuador sufrió una crisis inflacionaria sin precedente, finalmente salió de ella con medidas del FMI, reconvirtiendo su moneda al dólar, dejando tristemente atrás a su metálico oficial y soberano, el sucre. Ello, por supuesto, ha traído graves consecuencias, no hace falta ser economista para plantearse quiénes poseen los dólares estadounidenses en una sociedad. La pobreza no está dolarizada.
Además Argentina, Venezuela son países golpeados por la tiranía del dólar, en el caso venezolano, además por el bloqueo, y ahora también Bolivia está siendo víctima de este fenómeno que no logramos entender la gente de a pie. Sin embargo, la prensa amarillista se encarga de fomentar el pánico de todas las formas y hacen devaluar la moneda. Es un crimen financiero total.
La luz al final del túnel de estos tenebrosos, ya pronto 80 años, se visualiza en el bloque integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica (Brics), donde se ha criticado desde un primer momento el rol del dólar como moneda de reserva mundial. Este bloque posee un producto bruto interno (PBI) combinado que casi duplica al de Estados Unidos. Los países miembros han acordado entonces realizar transacciones utilizando sus propias monedas de manera directa, además de la creación de un banco propio como alternativa al FMI y al Banco Mundial y más luz se ve ahora cuando es Dilma Rousseff quien asumió hace algunos días la presidencia de este mecanismo tan importante para terminar con la tiranía del dólar y de su país de origen. (Cris González es directora de la revista www.correodelalba.org)
