El diputado opositor creyó propicia la sesión interpelativa para menospreciar el ataque violento que sufrió la asambleísta departamental cruceña; según él, las atenciones que ella recibe serían desproporcionadas, que personajes importantes como él también habrían sufrido golpes y no por ello fue merecedor de igual relevancia.
Su postura develó además de la apatía de su bancada por la violencia que se ejerce contra las mujeres, un consentimiento con este tipo de hechos. Parece ser un común denominador entre los conservadores el ejecutar este tipo de actos de violencia a través de terceros para conseguir lo que en mérito no pueden lograr.
Lo sucedido con las concejalas del municipio cochabambino demostró que Manfred no ha olvidado sus viejas formas de hacer política; inclusive, sacrificando la integridad de sus propias concejalas a manos de personas contratadas para agredirlas y así evitarles ejercer su derecho a elegir, pese a la instrucción del jefe de partido. De manera similar, la gobernación cruceña movilizó personal dependiente para que vigilen el ingreso de asambleístas para participar en el acto de posesión de los nuevos asambleístas indígenas. Tras la intervención policial y su presentación ante un juez, se determinó la detención preventiva de 15 personas identificadas como responsables de la agresión, que no son todos y con el desarrollo de la investigación seguramente se encontrarán también a los que planificaron esta arremetida.
Estas prácticas tienen lugar a través del ejercicio del poder y pueden diferenciarse claramente de la movilización espontánea por el objetivo que se persigue. El ejercicio del poder busca expandir su alcance a través de la cooptación de espacios que le permitan ampliar sus estructuras de dominio; en cambio, una movilización propenderá con reivindicaciones sociales o sectoriales. Lo ocurrido en Cochabamba y Santa Cruz claramente tiene que ver con el impulso de la megalomanía. Manfred continúa siendo alcalde municipal y ejerce su poder libremente, a diferencia del reo privilegiado que desde Chonchocoro continúa en funciones como gobernador del departamento de Santa Cruz.
Si el origen de la violencia emana del ejercicio de poder, entonces su erradicación dependerá del alcance que tenga este. Podrán ser 15 o más los detenidos como responsables, pero el escarnio no podrá conseguirse debido a que está ligado a la voluntad del autor y por más activistas que se les llame, si estuvieron en ese lugar no fue por cuenta propia. La próxima vez no serán los mismos, pero los que los mandaron sí.