El gobierno de extrema derecha de Israel está tratando de arrastrar a Cisjordania a una confrontación integral, el último intento se produjo la pasada noche del lunes 20 de enero cuando los ataques de colonos terroristas contra aldeas en Cisjordania y bajo la protección del ejército de ocupación asesinaron a doce palestinos, hiriendo a docenas de personas y colocando 898 barreras militares, puertas de hierro en las entradas de ciudades y pueblos, y más de 900 controles militares, con el objetivo de dividir Cisjordania.
Pretenden buscar justificación a los intentos de hacer estallar la frágil situación en la Cisjordania ocupada copiando los crímenes de genocidio y desplazamiento cometidos por Israel en la Franja de Gaza y obligar a transferir a la población hacia Jordania. Todo indica que están intentando crear un estado de caos violento para facilitar su anexión. La similitud entre los ataques que han tenido lugar en Cisjordania con los que tuvieron lugar antes de 1948 y que condujeron a la Nakbah palestina, aumenta la posibilidad de que se repitan estos hechos en Cisjordania.
En este contexto se hace más necesario que nunca poner énfasis en la obligación de Israel a desmantelar los asentamientos, evacuar a todos los colonos de la Cisjordania ocupada y poner fin a su ocupación ilegal en el territorio palestino lo antes posible. Con la decisión de cancelar las sanciones impuestas a los colonos y la decisión del Ministro del Ejército de Ocupación de liberar a los detenidos colonos se está alentando a cometer más crímenes en esta guerra silenciosa que está llevando a cabo el gobierno de ocupación israelí con el objetivo de escalar y crear un clima de violencia y tensión.
El alto el fuego que comenzó el pasado domingo 19 de enero nos dio un rayo de luz después de quince meses de genocidio, con la esperanza y el deseo del establecimiento de un camino político basado en resoluciones de legitimidad internacional que conduzcan al fin de la ocupación y la implementación de la paz justa y duradera.
Desde el primer día de esta agresión, el Estado de Palestina ha trabajado incansablemente para exigir un alto el fuego inmediato, evitar el agravamiento de la situación humanitaria y evitar el desplazamiento de la población palestina fuera de su patria y para evitar la anexión de tierras de la Franja de Gaza y Cisjordania intentando detener las prácticas que socavan la solución de dos Estados, incluida la expansión de los asentamientos y los crímenes de los colonos llevados a cabo a plena luz del día. También exigió al Consejo de Seguridad la necesidad de la implementación de las resoluciones pertinentes de las Naciones Unidas, incluida la Resolución No. 2735 del Consejo de Seguridad, que estipula un alto el fuego inmediato y liberar a rehenes y prisioneros así como llevar ayuda humanitaria urgente a la Franja de Gaza, impedir el desplazamiento de palestinos y devolver a los desplazados a sus lugares de residencia, la retirada de las fuerzas de ocupación de toda la Franja de Gaza y permitir que el gobierno palestino asuma todas sus responsabilidades en la Franja y unidad de la Franja de Gaza con Cisjordania bajo su administración para gestionar, en cooperación con países y organizaciones amigas y hermanos, los servicios básicos de salud, educación, agua y electricidad, garantizando el regreso de los desplazados a sus hogares y preparación para la fase de reconstrucción. También se compromete a ayudar en gestionar la ayuda humanitaria y cooperar para sacar a la Franja de Gaza y a su gente de esta catástrofe humanitaria que están sufriendo, ayudando a retornar a un camino político que ponga fin a la ocupación ilegal que conduzca a la independencia del Estado de Palestina y lograr la solución de dos Estados de acuerdo con las resoluciones de legitimidad internacional.
En este contexto, el gobierno palestino afirma que la Franja de Gaza es parte integral del territorio palestino ocupado y que el Estado de Palestina tiene jurisdicción legal y política sobre la Franja y sobre todo el territorio palestino ocupado desde 1967, incluida Jerusalén Oriental, rechazando categóricamente cualquier intento de apoderarse de partes de la tierra palestina o de desplazar a nuestro pueblo, lo que viola claramente el derecho y la legitimidad internacional. Reiteramos la necesidad de adherirnos a nuestros derechos legítimos y a nuestra identidad nacional que une a nuestro pueblo en todo el mundo, lo cual requiere la unidad de nuestra tierra y de nuestro pueblo bajo el paraguas de la OLP, único representante legítimo del pueblo palestino con su programa político y sus obligaciones internacionales.
El gobierno palestino recalca la importancia del papel de la agencia de la ONU, “La UNRWA”, que es indispensable y no tiene alternativa; las autoridades de ocupación israelíes no tienen derecho a impedirle ejercer sus deberes de servir a los refugiados palestinos en los territorios ocupados y en todas las zonas de sus operaciones en las zonas donde nuestro pueblo refugiado está presente.
El gobierno palestino agradece a todos los países y pueblos que apoyaron sus esfuerzos por lograr un alto el fuego y a todos los que trabajaron para detener la guerra genocida contra el pueblo palestino y para exigir a Israel que rinda cuentas de sus crímenes y a los países que nos apoyaron ante los tribunales internacionales y a la Corte Internacional de Justicia para detener los crímenes del genocidio.
Hacemos un llamamiento a la comunidad internacional para que brinde apoyo humanitario más urgentemente y que coopere con el gobierno palestino para mejorar sus capacidades para desempeñar su papel y asumir sus responsabilidades. No obstante, destacamos la importancia de encontrar una solución política justa permanente e integral a la cuestión palestina y a la paz en Oriente Medio, implementar la solución de dos Estados de acuerdo con las resoluciones internacionales de legitimidad y para obtener el reconocimiento internacional y la membresía plena del Estado de Palestina en las Naciones Unidas para poner fin a la ocupación israelí y la encarnación del Estado independiente de Palestina según las líneas del 4 de junio de 1967, con Jerusalén Este como su capital, y la solución de la cuestión de los refugiados de conformidad con la Resolución 194 de la ONU, lo que brindará la oportunidad de lograr con éxito la paz justa, seguridad y estabilidad no sólo entre palestinos e israelíes, sino para que todos los países de la región vivan en seguridad, paz y buena vecindad. En este contexto, esperamos con interés la celebración de una conferencia internacional de paz para implementar las resoluciones de legitimidad internacional relacionadas con la cuestión palestina y la solución de los dos Estados, donde todos los países participantes adoptarán medidas prácticas y decisivas para poner fin a la ocupación, apoyar la independencia del Estado de Palestina y lograr una paz justa.
La comunidad internacional tiene la responsabilidad al no haber cumplido con sus obligaciones con nuestro pueblo y brindarle protección internacional y no haber impuesto sanciones internacionales disuasorias al Estado ocupante y a los terroristas colonos mediante el desmantelamiento de sus organizaciones y agotando sus fuentes de financiación y no haberles quitado la protección política y jurídica. La Comunidad Internacional debe intervenir para detener estos crímenes y las políticas israelíes que no traerán paz y seguridad a nadie, enfatizando en que la única manera de lograr seguridad y estabilidad es implementar resoluciones de legitimidad internacional y la paz justa como base para resolver el conflicto y encarnar el establecimiento del Estado palestino, con Jerusalén Este como su capital.
Por: Mahmoud Elalwani (Embajador del Estado de Palestina)