En medio de la agitación política en Bolivia, una ola de desinformación ha inundado el panorama, impulsada por sectores opositores empeñados en proclamar una crisis inexistente.
Políticos opositores y la denominada nueva derecha han recurrido a tácticas de difusión de noticias falsas para socavar al gobierno de Luis Arce. Sin embargo, los datos y la realidad económica pintan un panorama muy distinto, destacando el crecimiento y la estabilidad del país.
Bolivia experimentó un significativo crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) del 3,1% en 2023, situándose como la segunda economía de mayor crecimiento en la región, solo detrás de Paraguay. Además, la inflación se mantuvo en un bajo 1,3% hasta abril de 2024, el índice más bajo de Sudamérica. Estos indicadores refutan categóricamente las afirmaciones de crisis económica y subrayan la sólida gestión del gobierno, que ha sabido mantener el rumbo a pesar de los obstáculos impuestos.
Aunque la banca cuenta con disponibilidad de dólares, algunos actores económicos y políticos han optado por especular y sembrar incertidumbre. Este comportamiento entorpece el avance del gobierno. Sin embargo, la verdad es que Bolivia continúa avanzando con determinación y estabilidad.
El escenario político también ha sido tumultuoso, especialmente con la proximidad de las elecciones. Las tensiones han ido en aumento desde finales de 2022, con un recrudecimiento en 2023. A pesar de ello, el Gobierno ha logrado aprobar créditos por más de $us 600 millones en la Asamblea Legislativa Plurinacional (ALP), a pesar de la férrea oposición de los seguidores de Morales.
El Gobierno ha implementado medidas clave para asegurar la estabilidad financiera, incluyendo la creación de una banda en el cobro de comisiones para transferencias y giros al exterior, donde se ha establecido una comisión en una banda del 5% al 10% para las transacciones en dólares y otras divisas, garantizando una mayor eficiencia y competitividad.
Bolivia también ha experimentado un aumento en la demanda de sus productos por parte de países vecinos como Argentina, que prefieren los productos bolivianos por su competitividad en precio. Este escenario donde las ventas reflejan un dinamismo económico que desmiente cualquier narrativa de crisis hiperinflacionaria que tratan de implementar políticos irresponsables.
La nueva modalidad de devolución impositiva ha sido otro logro significativo del gobierno. El Certificado de Devolución Impositiva (Cedeim) permite a las empresas acceder de manera inmediata a los créditos fiscales, mejorando su flujo de caja. Esta medida es un claro ejemplo de cómo corregir las distorsiones creadas por la oposición, permitiendo un funcionamiento más fluido y eficiente de la economía.
Además, eventos culturales y económicos como el Gran Poder continúan celebrándose con éxito, demostrando un claro movimiento económico. Las ventas facturadas en sectores como hotelería, restaurantes y transporte aéreo han mostrado aumentos significativos, evidenciando una economía en dinamismo y crecimiento. Esta es una prueba más de que, a pesar de los intentos de algunos políticos y medios por sembrar desinformación, la economía boliviana avanza.
La desinformación y el sabotaje promovido por políticos disfrazados de analistas no pueden opacar los logros económicos y el potencial de Bolivia. Los bolivianos deben reconocer la verdadera situación económica y rechazar las narrativas falsas de crisis. El futuro de Bolivia depende de la unidad y el compromiso de todos en apoyar un gobierno que trabaja por el bienestar común. La sólida gestión del gobierno de Arce ha demostrado ser capaz de enfrentar desafíos y mantener el rumbo hacia un futuro próspero y estable.