En la coyuntura actual, con la incertidumbre sobre quién será el candidato legítimo del MAS-IPSP para las elecciones nacionales de 2025, la pugna se concentra entre Luis Arce y Evo Morales.
Un análisis retrospectivo desde el quiebre entre Arce y Morales revela que, inicialmente, Morales parecía tener el control hegemónico del partido más relevante de la política boliviana del siglo XXI. Esto se evidenció en vísperas del X Congreso del MAS-IPSP, realizado en octubre de 2023 (posteriormente anulado por el Órgano Electoral Plurinacional), donde Morales aseguraba ser el único candidato del partido, declarando oficialmente: “Me han convencido, voy a ser candidato, me han obligado, la gente quiere”. Además, Morales tildaba de “traidores” a quienes no se alineaban con su candidatura. Sin embargo, Arce le respondió contundentemente, recordándole a Morales que él no es “ni cobarde ni traidor”, aludiendo a la huida de Morales en noviembre de 2019, cuando la situación política del país se tornó crítica, sugiriendo que abandonó el barco cuando más se necesitaba al capitán.
El segundo movimiento de avance de Arce fue legitimarse con las Organizaciones Sociales a través del Pacto de Unidad, conformado por la Confederación Sindical Única de Trabajadores Campesinos de Bolivia (CSUTCB), la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales Originarias de Bolivia (CSCIOB) y la Confederación Nacional de Mujeres Campesinas Indígenas Originarias de Bolivia ‘Bartolina Sisa’. Ante esto, Morales respondió creando pequeñas organizaciones paralelas que le fueran leales.
El tercer movimiento, que puso en jaque a Morales, no provino directamente de Arce, sino del Órgano Electoral Plurinacional (OEP). La anulación del X Congreso, realizado en Lauka Ñ, donde Morales pretendía consolidarse como el único candidato del MAS-IPSP, fue un golpe inesperado para él. Este congreso fue anulado debido a la observación de incumplimiento del requisito de acreditación de militancia ante el OEP, deslegitimando así la proclamación de Morales como candidato único.
A partir de ese revés, Morales empezó a reconsiderar su estrategia. Este proceso de reflexión se intensificó aún más cuando, al intentar convocar nuevamente a un Congreso, el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) emitió la resolución TSE-RSP-ADM N° 0141/2024. Esta resolución paró en seco la intención de Morales, señalando que el artículo 13 del propio Estatuto Interno del MAS-IPSP establece que toda convocatoria a un Congreso debe hacerse en “consenso” con las Organizaciones Matrices, es decir, las Organizaciones Sociales. Esta normativa subrayó la necesidad de una mayor inclusividad y coordinación con las bases del partido, complicando aún más los esfuerzos de Morales por imponer su candidatura sin un respaldo amplio y legítimo. La resolución del OEP no solo reafirmó las reglas internas del MAS-IPSP, sino que también fortaleció la posición de Arce.
Recientemente, en mayo, las Organizaciones Sociales arrinconaron a Morales al convocar al X Congreso en El Alto, liderado por el Pacto de Unidad, compuesto por las ‘Bartolinas’, la CSUTCB, los Interculturales y otras organizaciones. Sin embargo, este Congreso fue declarado nulo por el Órgano Electoral Plurinacional (OEP). Esta anulación resultó ser un punto positivo para Morales, ya que, al invalidarse el evento, se evitó su desplazamiento total y la posibilidad de ser borrado del mapa político por completo. No obstante, esta decisión del OEP reafirma que, para que se realice el X Congreso del MAS-IPSP de forma legítima y legal, Morales debe consensuar con las Organizaciones Matrices.
Por ello, posteriormente, Morales dio un giro de 180 grados, cambiando su posición inicial de legitimarse como candidato único del MAS-IPSP en octubre de 2023, a la postura de que es necesario convocar a un Congreso de Unidad. Este análisis de la situación actual del MAS-IPSP sugiere que Evo Morales ha ido retrocediendo en su posición, mientras que Luis Arce fue y está avanzando.
