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Armando Aquino Huerta

¿Orgullo por el gobernador detenido?

Orgullos es “Arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, que a veces es disimulable por nacer de causas nobles y virtuosas”, conforme nos enseña el Diccionario de la Real Academia Española (RAE); ello relacionado al hecho de que Luis Fernando Camacho Vaca, gobernador de Santa Cruz, está detenido en la cárcel de Chonchocoro imputado por varios delitos graves, y por el imperio de varias leyes —no por persecución política—, hace que la interrogante del presente artículo no necesite respaldo, porque lo tiene.

Ante esa realidad —indiscutible—, los políticos de la derecha golpista y fascista que actúan en Santa Cruz y otros departamentos, no es posible que sientan orgullo, satisfacción o felicidad, porque su gobernador esté detenido preventivamente en la cárcel de máxima seguridad de Bolivia, pese a que se trata de su líder más representativo y querido desde los prolegómenos del golpe de Estado de 2019; además, esa verdad de que su gobernador esté detenido por la comisión de varios delitos no puede ser motivo de orgullo para ninguno de sus adláteres y admiradores desde el punto de vista humano y las buenas costumbres, mucho menos en la vida democrática que vive Bolivia, donde respetando las leyes debía llamárselo exgobernador a Luis Fernando Camacho Vaca; empero, no siendo así, dichos políticos parecen ser como las farmacias que quieren a los enfermos, o los lobos que quieren a las ovejas.

De esa suerte, se puede colegir que la cruceñidad que festejó su 213 aniversario de su grito libertario, solo con desfiles, sesiones de honor, distinciones, misa y otros actos irrelevantes, fue porque ellos mismos lo dijeron el 6 de agosto pasado, que por estar detenido su gobernador “no tenían nada que festejar”; y, como su gobernador sigue detenido, no festejaron su aniversario, ya que cualquier festejo equivaldría a festejar la detención de su gobernador —inadmisible desde el punto de vista del grupo político de Creemos y los fascistas de la derecha—; ni qué decir si la detención de cualquier persona causa pena, rabia o vergüenza.

Consiguientemente, tales políticos se ve que tienen vergüenza de que su gobernador esté detenido en Chonchocoro, porque vergüenza es lo contrario de orgullo; por eso y por lealtad a su gobernador no invitaron al Presidente de los bolivianos ni a las autoridades principales del Gobierno nacional a festejar el aniversario 213 de su grito libertario; y por eso guardan silencio sepulcral sobre sus mentiras y fracasos del fraude electoral, el Censo 2023 sí o sí, sus cabildos ilegales, el daño económico de $us 140 millones aproximadamente causados por el paro y bloqueo de 36 días, la Ley de Amnistía, el proceso revocatorio, la corrupción en Cotas, la estafa y delitos financieros en el Banco FIE, el autogolpe y otras conocidas —por alguna razón será—, realidad que demuestra que no reflexionan para hablar ni para gritar, y ya no les importa que les crean sus mentiras, lo que les importa es sus intereses personales y de grupo, para lo cual inclusive podrían valerse de espías donde crean sea necesario y útil, porque tienen miedo de ser aprehendidos, procesados y sancionados ejemplarmente, porque la Ley 1768 (Código Penal) en su Art. 20, la Ley 1970 (Código de Procedimiento Penal)  en sus Arts. 14, 16, 70, 226, 227, 233 y 365, la Ley 260 (Ley Orgánica del Ministerio Público) y sus Arts. 3, 12 y 40 así lo mandan.    

Todo ello permite ver que no permanecerán quietos, sino seguirán mintiendo para dar un nuevo golpe de Estado, para liberar a su gobernador indefendible legalmente, para volver a disfrutar del poder que tuvieron durante el gobierno de Jeanine Añez, haciéndose el honor de llamarse “perseguidos políticos” y demócratas con sus mentiras gastadas; porque no hay armonía entre orgullo, vergüenza y arrepentimiento. Al respecto, La Biblia en Romanos 6.14 dice: “Porque el pecado no se enseñoreará de vosotros; pues no estáis bajo la ley, sino bajo la gracia”.


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