En el contexto de la productividad en Bolivia, el sector agropecuario ha experimentado un avance notable, impulsado por políticas económicas específicas implementadas por el Estado.
Medidas como la eliminación de aranceles, la concesión de créditos productivos y los subsidios en carburantes han demostrado un impacto positivo. Ahora, estas acciones se ven fortalecidas por un renovado lenguaje económico del Estado, orientado hacia la integración productiva a través del Gabinete Productivo. La promoción de biotecnología, el fortalecimiento de la seguridad jurídica y la garantía en el suministro de carburantes se han convertido en ejes clave para potenciar un sector que en 2023 registró exportaciones agropecuarias cercanas a los 3.400 millones de dólares, con expectativas de un crecimiento del 10% que se incrementará paulatinamente.
En el análisis de la productividad en Bolivia, existe un aspecto clave que ha mostrado un desarrollo significativo, impulsado por diversas medidas económicas promovidas por el Estado. No me refiero a los 100 millones de dólares entregados a fondo perdido a Díaz Salek, presidente en ese entonces de la CAO, por el gobierno de Jeanine Añez, gestionados por Branko Marinkovic, entonces ministro de Planificación del Desarrollo, una transferencia aprobada en menos de 48 horas.
Cuando hablamos de políticas económicas concretas de apoyo al sector agropecuario, nos referimos a medidas como la eliminación de aranceles para la importación de maquinaria destinada al sector productivo, especialmente en la agropecuaria, así como a los diversos créditos otorgados por el Estado y las entidades de intermediación financiera para fomentar este sector. Estas acciones, junto con los subsidios aplicados, han generado un impacto tangible, reflejado en las exportaciones agropecuarias, que en 2023 superaron los 3.400 millones de dólares.
Con la apertura del diálogo sobre productividad, se busca impulsar aún más este sector mediante la implementación de biotecnología. Este esfuerzo es fruto de la colaboración entre el Gobierno nacional y representantes de la Cámara Agropecuaria del Oriente (CAO) y la Confederación Nacional de Agricultura de Bolivia (Confeagro). El objetivo es alcanzar un verdadero acuerdo público-privado, dejando de lado intereses políticos.
Sin embargo, algunos sectores, cegados por sus vínculos políticos, intentan polarizar la sociedad y socavar los logros alcanzados en el Gabinete Productivo, una reunión clave destinada a definir acciones estratégicas para potenciar el sector agropecuario en Bolivia. El Presidente subrayó la importancia de este gabinete, destacando que el sector agropecuario es vital para la producción de alimentos que abastecen a las familias bolivianas. Además, reafirmó su compromiso de trabajar junto al sector para asegurar el desarrollo y la sostenibilidad del agro en el país.
Biotecnología: clave para el crecimiento
Uno de los temas principales abordados fue la biotecnología. Representantes de Anapo y de la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno (UAGRM) expusieron la necesidad de aumentar la producción y mejorar la productividad de la tierra. En este contexto, se discutió sobre el ingreso de Bolivia al Mercosur y los avances en la Comisión de Biotecnología Agropecuaria, además de la creación de la Red Internacional de Bioseguridad de Productos Derivados de la Biotecnología Moderna.
Se llegó a un acuerdo para avanzar en un trabajo conjunto en aspectos normativos y técnicos relacionados con la biotecnología, con la promesa de presentar un informe de resultados en un máximo de 10 días. La siguiente reunión se fijó para el 27 de agosto en La Paz.
Seguridad jurídica: un desafío urgente
El tema de la seguridad jurídica, especialmente en lo referente a los avasallamientos de tierras, fue otro punto crucial de la reunión. Se discutieron las acciones realizadas por el Gobierno contra estos actos ilegales, destacando la necesidad de sentencias ejemplares. Se acordó conformar una comisión para proceder con los desalojos pendientes, bajo la coordinación del Ministerio de Gobierno.
Además, se trató la problemática en la reserva forestal de Guarayos, comprometiéndose ambas partes a trabajar en una solución estructural. El Gobierno informó sobre el avance en la titulación y saneamiento de tierras, alcanzando el 95% en el departamento de Santa Cruz, y se acordó gestionar de manera conjunta la aprobación de un crédito del BID para fortalecer el trabajo del INRA.
Combustibles: garantizando el abastecimiento
La provisión de combustibles, particularmente el diésel, también fue discutida, dada su importancia para la producción agropecuaria. El Gobierno expuso los problemas estructurales en esta área y las medidas en curso para solucionarlos, incluyendo la producción de biodiésel y la simplificación de trámites para la importación directa de combustibles por parte del sector privado.
Otros temas relevantes
Además de los temas centrales, se discutieron cuestiones que afectan a sectores específicos, como el lechero y avícola, acordándose reuniones y medidas para atender sus demandas. También se acordó fortalecer la institucionalidad del Senasag, trabajar en la reglamentación de la Ley 1171 y conformar una instancia conjunta para la prevención y lucha contra incendios.
Este Gabinete Agropecuario refleja la importancia de un diálogo continuo y constructivo entre el Gobierno y el sector agropecuario para enfrentar los desafíos actuales y asegurar el desarrollo sostenible del agro en Bolivia. Los acuerdos alcanzados representan un paso significativo hacia el fortalecimiento de este sector clave para la economía del país.
Escrito por Martín Moreira.