El comercio, las finanzas y el mercado están por encima de los seres humanos, para el capitalismo salvaje solo interesan las monedas, los dólares, lo yuanes o los euros y no las miserias de Burundi, Sudán del Sur o el derecho a vivir de los palestinos, quienes al presente viven en los escombros ocasionados por Israel.
No cabe duda de que la agencia de los EEUU para la ayuda y el desarrollo (Usaid) ha sido una gran estafa, pero no sólo para quienes se han servido de los miles de millones de dólares, como algunos gobiernos neoliberales a lo largo y ancho del mundo, así por ejemplo en América Latina, está “agencia” ha sido quien apoyó el derrocamiento y desestabilización de gobiernos como el de Haití de Jean-Bertrand Aristide en 1991 o el de Salvador Allende en Chile en 1973.
El presupuesto anual del Deep State para la Usaid a nivel internacional era de más de 70.000 millones de dólares por año, por ejemplo, el 2023 se presupuestaron 78.300 millones de dólares, en una agencia que contaba con 10.000 personas trabajando para la “ayuda humanitaria”…
Tal cual había manifestado el nuevo mandatario, la Usaid iba a ser desmantelada, promesa que cumplió cuando asumió el poder el 20 de enero. Al presente los servidores en internet están parados, así como se han despedido a 9.400 empleados, pues estaba dirigida “por un puñado de lunáticos radicales” (Trump) y que eran parte de una “organización criminal”. (Elon Musk)
La pregunta es: ahora que Usaid dejó de funcionar, ¿donde irán destinados los millones de dólares que se manejaban?
Con seguridad que estos montos serán reconducidos en otro tipo de objetivos de Washington, que por supuesto no serán en absoluto destinados a la ayuda humanitaria sino a las injerencias, desestabilizaciones y las guerras hibridas de este y su gendarme israelí, en otras palabras, la esencia es la misma, ser un “caballo de Troya” para sepultar a los gobiernos libres, que no aplican las órdenes de la hegemonía estadounidense.
Desde el 20 de enero, la sociedad internacional ha observado que el único interés de Trump no es frenar los conflictos armados, ni lograr la paz en Palestina o Ucrania, su único deseo es que los negocios de la Casa Blanca sean más prósperos, aun cuando la gente siga muriendo de hambre en Palestina, Malawi o Burundi, en tal sentido para Mr. Trump, más allá de la diplomacia y los conflictos bélicos, están los negocios.
A tal fin, no debe sorprender a nadie que la guerra entre Rusia y Ucrania, a casi tres años de sus inicios, haya quedado casi zanjada con una llamada y un diálogo “amistoso” entre Putin y Trump, siendo los perdedores la UE y Ucrania, sin duda los planes del comediante ucraniano (Volodímir Zelenski) le salieron por la culata.
Bajo ese escenario, todo indica que el oso asiático se quedará con los territorios en el Donbas, así como se consolidará su posesión en Crimea. Por otro lado, Trump, hombre de negocios, no va a perder en la “pacificación”, todo lo contrario, los 500.000 millones de dólares serán muy bien cobrados, en especial en la toma y posesión de las tierras raras del territorio ucraniano, en donde se encuentran uno de los mayores yacimientos de grafito, cobalto, niobio, uranio y litio, fundamentales para la energía verde del planeta.
Las relaciones internacionales una vez más nos dan una gran lección al demostrar que por encima de las armas y la guerra están los negocios, así como se devela que las normas del derecho internacional se pueden adecuar y tomar las formas que sean de interés de las grandes potencias, pues los imperios, más allá de la ética, la norma y el ius cogens, se reparten territorios e incumplen las resoluciones de las instituciones jurídicas como la CIJ o la CPI; por enésima vez, la humanidad se da cuenta de que todo lo demás son cantos de sirenas, y que ningún Estado en el orbe está a salvo de los apetitos de los imperios, no lo creen, ejemplos sobran, Ucrania y Palestina son dos de tantos.
Por: Roberto Chambi Calle (Jurista, teólogo y analista en RRII.)
