El encuentro sirvió también como escenario para intentar destrabar el demorado acuerdo entre el bloque sudamericano y la Unión Europea.
Con epicentro en Buenos Aires, Argentina, la 66° Cumbre del Mercado Común del Sur comenzó con una primera jornada centrada en el objetivo de concretar acuerdos con otros bloques regionales.
De fondo asoma la manifiesta distancia entre Javier Milei y Lula Da Silva. “Hay una clara división entre líderes”, dijo a Sputnik un experto.
La primera jornada de la Cumbre del Mercosur, celebrada en Buenos Aires, estuvo marcada por dos hechos principales: la firma del acuerdo comercial entre el bloque sudamericano y la Asociación Europea de Libre Comercio (EFTA) —a la espera de un entendimiento con la Unión Europea—, y la expectativa por el encuentro cara a cara de Javier Milei con Luiz Inácio Lula da Silva.
El acuerdo con EFTA —integrada por Noruega, Suiza, Islandia y Liechtenstein— apunta a profundizar el comercio bilateral y dinamizar las exportaciones en sectores estratégicos. Si bien los detalles técnicos serán comunicados oficialmente durante la jornada presidencial, las partes confirmaron que el entendimiento se encuentra cerrado, tras años de negociaciones. La firma fue celebrada como una señal de apertura y una muestra de que el bloque puede avanzar en tratados internacionales, incluso mientras se mantienen trabas en otras negociaciones.
DEMORADO ACUERDO
En paralelo, la cumbre sirvió como escenario para intentar destrabar el demorado acuerdo entre el bloque sudamericano y la Unión Europea. Si bien no participaron delegaciones del viejo continente en esta ocasión, los cancilleres del Mercosur reiteraron su interés en que Bruselas avance en la ratificación del tratado rubricado en 2023.
Las trabas impuestas por Francia —vinculadas a exigencias ambientales y la protección de su sector agrícola— siguen demorando la firma definitiva.
En cuanto al funcionamiento interno del bloque, uno de los puntos centrales fue el debate sobre el Arancel Externo Común. En línea con lo discutido en reuniones anteriores, volvió a discutirse la necesidad de ampliar temporalmente la lista de excepciones al mismo, habilitando hasta 50 códigos arancelarios por país miembro.
Si bien la decisión aún no fue oficializada, el tema figura entre las prioridades del bloque, con el fin de dotar de mayor flexibilidad a sus economías.
Otro punto clave de la agenda fue el intercambio bilateral entre los ministros de Economía de Argentina y Brasil. Luis Caputo y su par, Fernando Haddad, se reunieron en lo que fue leído como un gesto político para morigerar las tensiones entre ambas administraciones.
El vínculo personal entre Milei y Lula permanece congelado desde el inicio de sus respectivas gestiones, luego de los descalificativos propinados por el argentino sobre su par brasileño.
AEP