Belleza natural única. Desde el majestuoso salar de Uyuni hasta las exuberantes selvas del Madidi, el Estado Plurinacional ofrece una impresionante variedad de destinos turísticos.
Bolivia, un país donde la diversidad y la belleza se entrelazan de manera excepcional, se presenta como un destino turístico cautivador que fusiona paisajes deslumbrantes con una rica herencia cultural. Desde la inmensidad del salar de Uyuni hasta los vibrantes valles cruceños, cada rincón del país ofrece una experiencia inigualable que conquista a quienes tienen el privilegio de descubrirlo. En Ahora El Pueblo, te invitamos a explorar un recorrido por algunos de los destinos más emblemáticos, según el Viceministerio de Turismo, que brindan a propios y extraños la oportunidad de sumergirse en la riqueza y variedad del Estado Plurinacional.
Paraíso de sal y color
En el sur de Bolivia, el salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo con una extensión de 10.582 km2, se despliega como un universo místico. Este inmenso mar blanco, que parece extenderse hasta el infinito, se transforma en un espejo que refleja el cielo y crea un efecto visual surrealista.
El salar de Uyuni, el mayor desierto de sal del mundo, se despliega como un universo místico.
La región no solo es conocida por su vastedad, sino también por sus lagunas de colores situadas a más de 4.000 metros sobre el nivel del mar. Aquí, los flamencos pintan el paisaje con tonos rosados mientras se alimentan en las aguas ricas en minerales. Además, los alrededores del salar están adornados con geiseres humeantes, volcanes imponentes y valles que parecen sacados de un sueño.
En Tupiza, una pintoresca ciudad cercana, las formaciones geológicas coloridas y las formaciones rocosas con formas caprichosas añaden un toque especial a la aventura. Villazón, en la frontera con Argentina, sirve como el principal punto de entrada para quienes buscan explorar esta región mágica.
Valles de la Llajta
A los pies de la majestuosa cordillera del Tunari se encuentran los valles de Cochabamba, una región de gran fertilidad y belleza. Situado a 2.558 metros sobre el nivel del mar, el valle es famoso por su gastronomía exquisita que combina ingredientes locales en una variedad de platos únicos.
Los visitantes pueden deleitarse con el silpancho, el pique a lo macho, el chicharrón y los fideos uchu, entre otros manjares que reflejan la riqueza culinaria de la Llajta. La combinación de un clima agradable y una tierra fértil hace de este destino un paraíso para los amantes de la buena comida.
Rurrenabaque, Madidi y pampas
En Beni, en el corazón de la Amazonia boliviana, Rurrenabaque ofrece una ventana a la biodiversidad sin igual del Parque Nacional Madidi. Esta área protegida alberga una extraordinaria variedad de ecosistemas y especies endémicas, lo que lo convierte en un destino privilegiado para los ecoturistas.
Las experiencias en la selva, desde caminatas hasta observación de vida silvestre, son acompañadas por una notable presencia de turismo comunitario en territorios indígenas, como Tacana y San José de Uchupiamonas. Estas comunidades no solo preservan sus tradiciones, sino que brindan a los visitantes una visión auténtica de la vida en la Amazonia.
La Cuna del Vino
Tarija, conocida como la cuna del vino boliviano, ofrece una experiencia enológica única con su Ruta del Vino y el Singani. Esta ruta se extiende desde el valle de San Lorenzo hasta Uriondo, pasando por la ciudad de Tarija y sus alrededores.
Los visitantes pueden explorar bodegas artesanales e industriales, disfrutar de catas de vinos y singanis, y conocer las técnicas de producción de estos elixires en una de las regiones vitivinícolas más prometedoras de Sudamérica.
Cordillera Real y Yungas
La Cordillera Real, con sus majestuosos picos y valles exuberantes, es hogar de varios destinos aventureros. La famosa Ruta de la Muerte, un desafiante trayecto de ciclismo de montaña, ofrece un descenso emocionante desde La Cumbre hasta Yolosa, atravesando paisajes dramáticos y una flora diversa.
Mientras tanto, Sorata, ubicada a los pies del majestuoso nevado Illampu, se presenta como un refugio sereno con su clima templado y su arquitectura histórica. Este encantador pueblo ofrece un contraste apacible frente a la intensidad de la ruta ciclista de la región. En Sorata, la Gruta de San Pedro, conocida localmente como Chussek Uta (que en aymara significa “casa de los murciélagos”), añade un toque de misterio. En el interior de esta caverna, los visitantes pueden descubrir una pequeña y enigmática laguna que realza el carácter fascinante del lugar.
Tiwanaku
A unos 72 kilómetros al oeste de La Paz, Tiwanaku se erige como un testimonio de la grandeza de las civilizaciones preincaicas. Este complejo arqueológico, construido por los tiwanakotas alrededor del siglo III a.C., es reconocido por su impresionante arquitectura y su riqueza cultural. Declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco en el año 2000, Tiwanaku ofrece una visión profunda de las tradiciones andinas y la ingeniería avanzada de sus antiguos habitantes.
Altiplano encantado
El Parque Nacional Sajama, al noroeste de Oruro, destaca por ser hogar del nevado más alto de Bolivia, el Sajama, con sus imponentes 6.542 metros sobre el nivel del mar. Este parque, con sus paisajes alpinos y su biodiversidad, es ideal para los amantes de la naturaleza y el senderismo. La región también ofrece vistas impresionantes y una rica fauna, que convierten a Oruro en un destino destacado para explorar el altiplano boliviano.
Chaco boliviano
Villa Montes, en el chaco boliviano, revela un mundo de naturaleza, cultura e historia. El río Pilcomayo, con su trayecto de 50 kilómetros, es perfecto para quienes buscan aventura y contacto con la cultura local. Los visitantes pueden disfrutar de la pesca, explorar la flora y fauna, y conocer la rica herencia cultural de la región a través de sus ferias y tradiciones.
El lago Titicaca
En la meseta del altiplano, a 3.810 metros sobre el nivel del mar, el lago Titicaca destaca por su majestuosidad. Este cuerpo de agua, uno de los más altos del mundo, ofrece una belleza natural y cultural sin igual. Los visitantes pueden pasear en bote, explorar las islas del lago y disfrutar de una rica gastronomía local que enriquece la experiencia en este entorno singular.
Potosí y Chuquisaca
Torotoro, en el norte de Potosí, es un paraíso para los amantes de la geología y la paleontología. El Parque Nacional Torotoro, con su Caverna de Umajalanta y el cañón El Vergel, ofrece paisajes impresionantes y la oportunidad de observar huellas de dinosaurios. En Chuquisaca, Tarabuco destaca por su rica cultura Yampara, sus tejidos tradicionales y su vibrante carnaval.
Torotoro, en el norte de Potosí, es un paraíso para los amantes de la geología y la paleontología.
Valles cruceños
Samaipata, a 120 kilómetros de Santa Cruz, es un encantador pueblo colonial y la entrada al Parque Nacional Amboró. El Fuerte, un sitio arqueológico preincaico, y el parque ofrecen una combinación de historia y naturaleza, con paisajes espectaculares y una rica biodiversidad.
Jardín de las Delicias
Ubicado en el municipio El Torno, a 70 kilómetros de Santa Cruz, el Jardín de las Delicias es un paraíso natural con aguas cristalinas, playas de arena dorada y cascadas imponentes. Este atractivo forma parte del Parque Nacional Amboró y es un destino ideal para quienes buscan una experiencia única en contacto con la naturaleza.
Norte amazónico
Guayaramerín, en el departamento del Beni, es un enclave en la cuenca del Amazonas. A 44 kilómetros se encuentra Cachula Esperanza, un monumento histórico nacional que conserva las tradiciones culturales de la región y ofrece una inmersión en la vida amazónica.
Norte amazónico
Roboré, en Santa Cruz, es conocido como el ‘Paraíso Escondido’. Este destino es un punto de partida para explorar las misiones jesuitas y disfrutar de la belleza natural y cultural de la región.
Bolivia, con su vasta gama de paisajes y culturas, es un destino que promete una experiencia inolvidable para cada viajero. Desde los salares infinitos hasta las ruinas antiguas y los vibrantes valles, cada rincón del país invita a descubrir y admirar su rica herencia natural y cultural.
La Paz/AEP