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“¡Patrianos, me llevan a ejecutar!”: el grito de Zudáñez que despertó la revolución de 1809 en Sucre

Acontecimiento.  El jueves 25 de mayo de 1809 se inició la revolución de Chuquisaca, conocida en la época colonial como el Virreinato de Charcas o la ciudad de La Plata. Los sucesos de esa fecha marcaron la emancipación contra el yugo español en América.

La Paz, 25 de mayo de 2024 (AEP). – Eran las cinco de la tarde del jueves 25 de mayo de 1809, cuando Jaime Zudáñez, uno de los líderes de la revolución que dio pie al primer grito libertario de América Latina en Sucre, fue apresado por órdenes del presidente de la Real Audiencia de Charcas, Ramón García Pizarro.

Cuando lo llevaban preso, Zudáñez gritó: “¡Patrianos, me llevan a ejecutar!”; ante ello, sus amigos tocaron las campanas de la ciudad de La Plata, hoy Sucre, reuniéndose un tumulto que pedía su libertad y que luego atacó la casa del presidente de la Audiencia; así comenzó la revolución.

Zudáñez era un notable abogado de esa época y fue acusado de conspirador por el presidente de la Real Audiencia de Charcas, García Pizarro.

En la revolución participaron Antonio Álvares de Arenales, José Bernardo Monteagudo, José Joaquín de Lemoine, José Mariano Serrano, el ‘Quitacapas’ y el ‘Tata Polanco’.

“Zudáñez fue conducido al cuartel de veteranos tomado de los brazos por dos soldados, el otro par por delante con las espadas desenfundadas y detrás suyo el oficial apuntándole a la espalda con su pistola. Los gritos de Zudáñez que protestaba por su detención atrajeron a una gran cantidad de personas, entre las que se contaba su hermana que le acompañaba gritando: ‘¡Paisanos, defiendan a mi hermano, lo llevan a la cárcel por leal y buen vasallo!’, y sus servidores, que, replicando sus protestas, le acompañaron hasta la casa pretorial a la que se le trasladó en seguida dado el tumulto y donde quedó bajo arresto”, describe un artículo sobre los sucesos del 25 de mayo de 1809 extraído del Archivo y Biblioteca Nacionales de Bolivia.

Aunque Zudáñez fue liberado por demanda de la muchedumbre y por intermedio de autoridades de esa época, la movilización no cesó, pues exigían que se libere a otros presos.

Mientras tanto, en la plaza la gente se iba congregando en mayor número a la voz de alerta de las campanas de la ciudad que habían empezado a sonar, comenzando por la de San Francisco por obra de Juan Manuel de Lemoine. Le siguieron las de la Catedral que tocaban José Sivilat y un sirviente de Jaime Zudáñez, luego fueron las de San Agustín y progresivamente se sumaron las de todas las iglesias del centro de la ciudad.

Los criollos habían tomado el mando de la plebe enardecida y se veía a los Zudáñez, Lemoine, Malavia, Monteagudo, Toro, Miranda y Sivilat azuzando a los insurrectos. La excitación de los sublevados fue creciendo a medida que se consumía el aguardiente con pólvora que se distribuía a discreción.

 “El licor lo repartía entre otros el alcalde del Cuzco Juan Antonio Paredes, visitante temporal de la ciudad, a cuenta de los oidores de la Audiencia”, texto extraído de los Sucesos del jueves 25 de mayo, del Archivo de la Biblioteca Nacional de Bolivia.

Entre los personajes del pueblo, el rol preponderante lo tuvieron los cholos, comandados por el mulato Francisco Ríos, el ‘Quitacapas’, nacido en Río de Janeiro, quien encontrándose en una chichería se anotició del alboroto y participó en él activamente. Se encontraba jugando y bebiendo chicha donde las “coheteras del Prado”.

EMANCIPACIÓN

La campaña de emancipación duró 15 años, alcanzando su objetivo el 6 de agosto de 1825 y como reconocimiento por su papel en la independencia de los pueblos de América, Sucre vuelve a hacer historia, cobijando en la Casa de la Libertad, antes Sala Mayor o Aula Magna de la Universidad Pontifica de San Francisco Xavier, la firma del Acta de la Independencia, llevando el nombre de Bolivia en honor al libertador Simón Bolívar.


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