El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) reveló y sistematizó el desarrollo temporal de la pollera.
La Paz, 10 de junio de 2023 (AEP).- La pollera es una pieza de vestimenta icónica en el país. El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef) tiene uno de los estudios más extensos y ordenados al respecto en la región y logra sistematizar su transformación a lo largo del tiempo.
La directora del Musef, la investigadora y artista Elvira Espejo, explicó que este trabajo buscó identificar las raíces de esta y otras prendas, a partir de diferentes elementos, que, por su antigüedad y características, implican una relación cercana con la arqueología.
“Cuando hablamos de la raíz, tenemos que entender que estamos tomando en cuenta la parte arqueológica. En este sentido, no necesariamente vamos a tener tejidos o vestimentas completas, pero para este trabajo contamos con una diversidad de bienes culturales que nos puedan comunicar mucho. Por ejemplo, las cerámicas de la isla de Pariti, el señor del pato, es un caso muy interesante porque permite identificar cómo fue la vestimenta, qué podemos complementar con fragmentos de textil”, detalló la directora.
Además de ampliar los objetos que podían brindar información, el equipo del Musef identificó que el territorio estudiado no podía definirse como lo hace el Estado Plurinacional de Bolivia actualmente. Por ejemplo, para hablar de aquella vestimenta utilizada en La Paz antes de la Colonia, se debería hablar de una región lacustre ligada al lago Titicaca y los territorios de gran altura, donde el clima es mayormente frío.
“La región lacustre va a demandar incluso los bordes del lago Titicaca y automáticamente eso implica Copacabana y también Puno. Entonces, por el tema del frío, y una altura de cerca de cuatro mil metros sobre el nivel del mar es que se tengan prendas largas. Algo similar sucede con los valles que muchas veces se reducen a Cochabamba, cuando abarcan diferentes departamentos, o con Potosí, cuando su influencia se reconoce desde Oruro hasta Chuquisaca”.
Según Espejo, previas a la pollera —que es profundamente colonial— se pueden identificar prendas como el anakhu, el urkhu y la almilla. En la exposición Vistiendo memorias, que puede visitarse en el Musef, el recorrido permite ver en una línea de tiempo esta transformación, donde del anakhu (pieza que cubre el cuerpo y que tiene una unión en los costados) y el urkhu (elemento que cubre los hombros que se sujeta con un topo), que son la combinación más antigua, se pasa a la almilla (una suerte de camisa o blusa negra) y al urkhu, para después ver la aparición de la pollera, que tendría una aparición en los últimos tiempos de la Colonia, ya casi cerca la República.
El catálogo Vistiendo memorias presenta un cuadro en el que se puede ver la aparición de diferentes números de bastas —pliegues en la pollera— en diferentes momentos, así como detalles importantes sobre los materiales que se utilizaban y las técnicas de tejido.
“Es importante ver que el degradé es influencia colonial, porque nuestros bienes culturales muestran que el contraste es lo que más se utilizaba en estas zonas. Así también las faldas, que no eran muy amplias. Es muy importante conocer esto, enseñar esto, porque después se piensa que los colores neones, que solo aparecen con los materiales de acrílico, vienen desde la raíz. Eso es peligroso porque nos transforma en consumidores sin responsabilidad que no saben que, mientras las fibras naturales como la lana de los camélidos y el algodón son beneficiosos, los materiales sintéticos dañan la piel”, detalló Espejo.
Todo este trabajo no solo busca formar consciencia comercial educada, sino aprender la filosofía que articula las manifestaciones culturales de los pueblos indígenas. Para ello, Espejo está investigando tejidos y otras artes utilizando tanto el quechua como el aymara, para luego traducir el conocimiento, sistematizado, según las nociones de los pueblos originarios, al castellano.
“Nuestra educación tiene que actualizarse y nutrirse de estas investigaciones. La descolonización en las luchas académicas es imprescindible para que la población pueda conocer su propia historia y desde ahí proyectar su futuro de forma responsable”, dijo.