De un páramo, dícese ahora que es la zona más rica, acomodada y jailona de El Alto. Pocos sospechan que gran parte fue construida con las propias manos de sus primeros habitantes venidos de las minas, dirigidos por experimentados exsindicalistas, sobrevivientes de incontables masacres.
La película es un homenaje al rancio y sempiterno Drácula de Bram Stokes y todo su séquito de criaturas góticas. Y aunque tiene estilo victoriano posee topónimos andinos sutilísimos: La Paz de los años 50 y Potosí decimonónico.