“Hay que destacar el apoyo del Comité Ejecutivo de la Federación al arbitraje, pero lamentablemente no se ven los resultados. Tiene que haber un cambio de timón, de pensamiento para que mejore el arbitraje boliviano”, dijo el exárbitro Hebert Aguilera.
La lentitud con la que se juega el fútbol boliviano es consecuencia del mal arbitraje, que corta toda jugada y eso perjudica a la competitividad en torneos internacionales, asegura el exárbitro Hebert Aguilera.
Sugiere a la dirigencia de la Federación Boliviana de Fútbol hacer cambios de fondo y no de forma para superar las falencias.
—Hebert, ¿cómo analiza el momento que atraviesa del arbitraje boliviano?
—Lamentablemente estamos en la misma situación. No hemos salido de un pozo y seguimos en el mismo. No hay una mirada para mejorar, las situaciones se están dando así.
No hay una predisposición para cambiar, para mejorar esto y vamos a seguir así todo el tiempo que ellos (los dirigentes) quieran tenerlo así.
—¿Por dónde pasa el cambio?
—Lo que pasa es que todos los cambios que hacen dentro de la Comisión de Árbitros lo hacen de forma y no de fondo, que es lo que se debe hacer, hay que cambiar todo, hay que empezar de nuevo.
Si uno se da cuenta, el Comité Ejecutivo de la Federación Boliviana de Fútbol invierte mucho dinero en la Comisión de Árbitros y no se ven resultados. No sé qué le dirán a la dirigencia del Comité Ejecutivo de la Federación para que sigan aportando. Nunca se ha visto que el Comité Ejecutivo apoye tanto a la Comisión de Arbitraje.
Hay que hacer un cambio de fondo, no de forma como se hace actualmente.
—¿Qué implica?
—Cambiar todo. Hacer una reestructuración total de la Comisión de Árbitros, porque en la parte administrativa todo está podrido. Hay que organizar uno nuevo, hay que meter nueva gente, con nuevos pensamientos, con un ideal que hay que mejorar la situación, por eso los árbitros bolivianos no son tomados en cuenta a nivel internacional. El árbitro que más se equivoca es el mejor en el país y todo eso lo ve la Conmebol.
Hay que cambiar y botar árbitros, y trabajar con los que quieran hacerlo, pero honestamente.
—¿Quiénes deben ser los que dirijan la Comisión de Árbitros?
—La FIFA dice que los que dirijan la Comisión de Árbitros deben ser exárbitros, mejor si son internacionales, aunque no es preponderante, que hayan tenido una trayectoria limpia, que a nadie lo puedan apuntar con el dedo, esas son las personas que tienen que entrar a trabajar, no traer extranjeros como lo han hecho, porque solamente han venido a llevarse la plata, nada más, no aportaron en nada.
¿Qué mejora hubo con la llegada de Horacio Elizondo y el español? Ninguna, porque ellos estaban en su país y trabajaban por Zoom, pero cobraban mensualmente. Los cambios tienen que ser con gente que viva en el país y conozca la idiosincrasia de los árbitros.
—¿Tiene nombres?
—No, no puedo darlos, porque es como ofrecerlos y eso no va conmigo, pero la dirigencia sabe quiénes son los honestos en el arbitraje nacional, que no han tenido ninguna mancha en el tema de la corrupción.
—¿Considera que hay árbitros que son serviciales a los dirigentes que manejan el fútbol?
—Sí. Se nota en los partidos. Esto no es recién, viene de hace tiempo. Toda persona que sabe de instrucción de árbitro, asesor, instructor de árbitro se da cuenta cuando un árbitro se equivoca voluntariamente y cuándo involuntariamente. La cámara de televisión lo ve y desmiente.
La televisión es el enemigo número uno de los árbitros y de los jugadores.
—¿Los cursos de actualización y perfeccionamiento han tenido su incidencia?
—Parece que no. Solamente van a llevarse los uniformes, por eso hay que cambiar esa metodología. Hay que ver que todo lo que se ha aprendido se aplique en el campo de juego y eso no ocurre en la actualidad. Hay dos cosas para analizar: los que dictan los cursos no saben, cosa que no creo, porque son capacitados por Conmebol y FIFA y los que reciben las instrucciones, que no saben asimilar o aplicar las enseñanzas.
—¿Los jóvenes que viajaron a Chile para los cursos de arbitraje han respondido?
—Para nada, porque esos chicos que fueron a Chile fueron árbitros que no han dirigido ni en la Primera A de su distrito, los seleccionaron por seleccionar, por llenar cupo de todos los distritos, porque no todos son buenos, hay que ser honestos.
Por eso hay que seleccionar árbitros jóvenes, con talento, con futuro y a ellos hay que capacitarlos, no hay que nombrar por nombrar. Los que volvieron nunca habían dirigido en Primera División y los nominaron para dirigir, por eso muchos se quemaron.
El arbitraje tiene que tener una secuencia de partidos para que los árbitros vayan consolidando su conocimiento arbitral.
—¿Cuál es el espectro de árbitros en el país?
—Ni idea, yo no sé de dónde sacan 150 árbitros. No tenemos ese mundo de árbitros en el país. De los 150 que dicen, máximo cinco estarán capacitados para dirigir un partido de alto riesgo; los otros pueden ser nominados como cuarto árbitro, por eso hace falta una selección exhaustiva de lo que se quiere dentro del arbitraje, no es nomás poner por poner, fueron a un curso y se piensa que están capacitados, no es así.
No porque un técnico asista a un curso de Pep Guardiola va a ser igual que Pep Guardiola. Todo eso es un proceso. El árbitro necesita tener conocimiento, más partidos para tener una solidez arbitral bien definida.
—Presentó un proyecto para hacer un cambio profundo en el arbitraje boliviano, ¿lo tomaron en cuenta en la Federación?
—No. Hablé con un dirigente de la Federación, me pidió el proyecto, se lo entregué, todo quedó en bla, bla, bla. Parece que en la Federación no quieren que esto cambie, a pesar de que gastan bastante dinero, cuando se podía ahorrar mucho.
—¿En qué medida influye el mal arbitraje en el nivel del fútbol boliviano?
—En mucho, porque el fútbol es un deporte de contacto y mientras el contacto sea leal, se debe dejar seguir jugando, así dice la regla de juego, pero nuestros árbitros lo cortan todo, frenan el ritmo del partido, el mismo árbitro lo hace lento nuestro fútbol, que cuando llegamos a torneos internacionales nuestro equipo no sabe qué hacer, porque allá no le cobran todo lo que se cobra acá. En el país, cualquier toque le cobran, pero a nivel internacional no es así.
—¿El VAR ayudó o perjudicó el arbitraje boliviano?
—Cuando llegó el VAR le dieron un mal funcionamiento. El VAR es una ayuda que tiene el árbitro, pero en nuestro país se le dio una visión diferente.
Cuando el VAR llegó a Bolivia, cambiaron las cosas, porque el que dirigía el partido era el VAR, no era el árbitro, eso hizo que todo mundo ya no crea en los árbitros actuales.
Hay árbitros buenos en Bolivia, con grandes condiciones, pero son los que menos dirigen, no sé por qué, pero así es la situación.
AEP