Cambiar el sistema de campeonato es urgente. No se puede jugar como se lo está haciendo porque no se forman jugadores, no salen nuevos valores, no hay figuras y son décadas que no podemos tener futbolistas descollantes y eso es un síntoma de que no estamos bien.
La Paz, 13 de marzo de 2023 (AEP).- Para el expresidente de la Federación Boliviana de Fútbol (FBF) Wálter Castedo Rivero, el fútbol boliviano sigue último en el contexto sudamericano porque con más clubes profesionales en competencia los ingresos son menos para subsistir y el sistema de campeonato no permite generar nuevos valores, que son parte del sostenimiento de las entidades.
Sugiere reducir el número de equipos en el fútbol profesional y cambiar el sistema de campeonato para formar jugadores con el fin de mejorar el nivel del balompié nacional.
—¿Cómo analiza el momento que vive el fútbol boliviano?
—Es tan simple pero muy complicado a la vez. Hay tanto sacrificio de varias partes que no están logrando sacar del empantanamiento en el que está el fútbol. Ocupamos los últimos lugares y no se está haciendo nada por mejorar. Hay muchas angustias y preocupaciones de los dirigentes del fútbol pero los resultados no se ven y el fútbol sigue estático y empantanado. Decididamente, se debe transformar y tomar medidas que tienen que darse porque es necesario, sino vamos a seguir con el fútbol cansino y languideciendo constantemente sin lograr nada afuera.
—¿Qué medidas recomienda?
—Hay que tomar conciencia de que hay clubes que están con tantas angustias económicas que no tienen para hacer frente, no les alcanza, no deberían participar pero lo hacen hipotecando su patrimonio, si es que lo tienen. Su cuerpo, el cerebro sufren, y la angustia los atrapa, después vienen problemas de salud que no deberían darse.
Las medidas son necesarias, pero no soy ningún erudito para darlas. Tengo alguna forma de ver el fútbol y de diferente manera para tratar de cambiar.
No se puede aumentar clubes constantemente. De la noche a la mañana escuché que suben dos, que sube uno y que no hay descenso directo; en la actualidad ya son 17 clubes y toman la medida de bajar dos el próximo año, sin beneficio para el fútbol, más bien mermaron los ingresos por derechos de televisión, que es lo único que hace subsistir a muchos clubes. Se ha hecho más frondosa y por lo tanto los ingresos son menos. Esa sería una medida a tomar, de volver a 14 o 12 clubes, pero se tiene que hacer algo para que el fútbol cambie.
Cambiar el sistema de campeonato es urgente. No se puede jugar como se lo está haciendo porque no se forman jugadores, no salen nuevos valores, no hay figuras y son décadas que no podemos tener futbolistas descollantes y eso es un síntoma de que no estamos bien.
—¿Dónde radican las mayores dificultades que impiden un equilibrio?
—Lo que pasa es que el equilibrio ya no existe al deshacerse de la Liga del Fútbol Profesional Boliviano y de la Asociación Nacional de Futbol (ANF), que era una balanza equilibrada en el fútbol. Toda balanza tiene dos platos y se le quitó uno, por lo que la balanza se inclinó para un solo lado y el equilibrio se rompió.
Bolivia es un país grande, tiene mucho fútbol y es difícil manejarlo con una balanza inclinada solo para un lado. Hay que volver a recuperar el equilibrio y que cada uno trabaje en lo suyo para que las cosas mejoren. De otra forma no creo que se cambie la situación del fútbol boliviano. Se ha hecho unitario y eso no es bueno para el balompié nacional, para ninguna institución. Siempre debe haber los pros y los contras, lo bueno y lo malo para equilibrar las fuerzas.
Hay edificios abandonados en Cochabamba, en Santa Cruz y un Centro de Alto Rendimiento en Vinto totalmente dejado y es responsabilidad de los que están conduciendo, porque cuando se ingresa a la Federación se agarra todo, no solo la parte buena, sino también la parte atrasada y acabada. Todo pasa a la responsabilidad del Comité Ejecutivo de la Federación, y deben dar cuenta de todo.
—¿Implica que la unificación sobre una sola estructura en la FBF ha influido en la toma de decisiones?
—Totalmente, porque las decisiones ya no la toman todos, sino una sola cabeza.
Como ejemplo, antes teníamos más de 30 árbitros que actuaron en torneos internacionales, se llegó al Mundial, a la Olimpiada de Grecia, al Mundial Sub-17, a dirigir campeonatos sudamericanos; hoy no tenemos casi nada, salvo una o dos ternas contra nueve o diez de Brasil; Argentina, Chile, por nombrar algunos países.
No ha sido buena la unificación hasta ahora, o no se ven los resultados.
—¿Cuáles son las falencias que no dan cabida a un desarrollo?
—Hay clubes que están ahí y con lo que tienen les basta, hay otros equipos que quieren pelear para llegar a premios internacionales, que son ocho, pero cuando comienza un campeonato los primeros cupos ya están llenos. Hay que revisar las estadísticas de los últimos diez años, ahí se ve qué clubes han ido a la Libertadores, qué equipos son campeones y de qué regiones son, quiénes aspiran y no llegan, lo que ocasiona un endeudamientos de 300 a 500 mil dólares al año; mientras los clubes que clasifican reciben tres millones de dólares y no dan nada a los que quedan relegados, por eso considero que la Federación debería normar que los que clasifiquen deben dar algo a los equipos que quedan atrás, porque gracias a ellos llegan a clasificar porque son parte del sistema.
El sistema que tenemos ha hecho desaparecer a varios clubes profesionales, ahí está lo de San José de Oruro, de Real Potosí de la Villa Imperial, de un campeón nacional como Sport Boys. Hay que razonar y cambiar, no puede ser que tres o cuatro clubes se llenen la billetera con los premios jugosos de la Conmebol y los que quedan atrás peleen por un pedazo de la torta y no reciban algún ‘diezmo’.
—¿Con esa medida se generará mayor desarrollo?
—Sería buscar algo nuevo, se está repitiendo cada año lo mismo y no da resultados. Lo más triste es que no salen jugadores, ningún equipo se preocupa por formar futbolistas y los pequeños jugadores que logran salir son vendidos rápidamente a los que tienen plata y van desmantelándose los que están abajo, haciendo más difícil soñar con una copa.
—¿Es correcto justificar algunas decisiones señalando que son instrucciones de la FIFA?
—La FIFA y la Conmebol te proponen hacer cambios y hay que hacerlos, pero quienes manejan las dos entidades son las asociaciones y Bolivia es una asociación que elige presidente y directorio de la Conmebol y de la FIFA, por lo tanto tienen manejo propio, autonómico y es decisión de las Federaciones hacer los torneos que les den resultados, generar valores y fomentar el fútbol.
—¿En Bolivia se fomenta el fútbol base?
—Esa es la idea pero no la hacen. El fútbol está pelado totalmente, no recibe ayuda de nada. Todo lo que recibe la Federación es del mismo fútbol y del fútbol internacional que le pertenece por ser parte de las instituciones como la Conmebol y la FIFA.
Por como se encuentra ahora está totalmente huérfano y es una parte tan necesaria en todo Estado que el deporte dé alegrías y satisfacciones, por lo tanto hay que buscarlas para que el pueblo se sienta bien. En este momento, lamentablemente, pasan los años y seguimos igual, ocupando el mismo sitio.