El colegiado, de 45 años, se retira con el deber cumplido y la responsabilidad de seguir formando nuevos valores como instructor para mejorar el nivel del arbitraje boliviano.
Rodríguez cayó en el ‘ojo de la tormenta’ tras conocerse un audio en el que sostiene una conversación comprometedora con el árbitro Gaad Flores.







