Standard & Poor’s (S&P) mantuvo la calificación de riesgo de Bolivia en B, reconoció el papel protagónico de la política cambiaria del país.
La Paz, 25 de marzo de 2023 (AEP).- El Ministerio de Economía y Finanzas Públicas informó que reafirma la política cambiaria para asegurar la estabilidad económica de Bolivia y ratifica su compromiso con el cumplimiento del servicio de la deuda, contrariamente a lo que señala la calificadora Moody’s, que “revisó la calificación de riesgo de B2 a Caa1”.
Mediante nota de prensa, el ministerio manifestó que “no comparte” la calificación de Moody’s y la considera “apresurada” porque no toma en cuenta todas las variables macroeconómicas que contribuyen a la estabilidad económica de Bolivia.
Además, la calificación “tampoco evalúa el impacto devastador de la guerra Rusia-Ucrania sobre la economía mundial con el alza de precios de alimentos, inflación descontrolada, subida de tasas de interés, quiebra de bancos, entre otros”.
Ante la observación de Moody’s sobre las RIN, se informa que éstas se constituyen en una variable de flujo y no son estáticas, su posición varía constantemente en función del desempeño de diversos factores, manifiesta.
La calificadora no evaluó la reducción del déficit fiscal de 12,7% en 2020 a 7,2% en 2022, y las acciones encaminadas desde el nivel central para un uso eficiente del gasto en la administración pública a través de una reducción gradual del gasto corriente.
Tampoco valora que Bolivia disminuyó los niveles de pobreza extrema, moderada y desigualdad.
Bolivia mantiene el índice de inflación más bajo de Sudamérica, producto de las medidas aplicadas por el Gobierno para estabilizar los precios de la canasta familiar y así proteger a su población.
La generación de ingresos no se limita a la exportación de gas natural y tampoco la política energética se circunscribe a ésta, como contrariamente afirma Moody’s, puesto que no toma en cuenta los avances alcanzados para la exportación de energía eléctrica, urea, minerales, carbonato de litio y cloruro de potasio, cuyos niveles de ventas se incrementarán en el corto plazo al igual que los ingresos generados por la comercialización de acero proveniente del mutún, entre otros.
En contraste a todo esto, recientemente se informó que la Standard & Poor’s (S&P) mantuvo la calificación de riesgo de Bolivia en B, reconoció el papel protagónico de la política cambiaria del país.
De acuerdo con el informe, se sostuvo que “un cambio en esta política podría afectar el crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB), aumentar la inflación y amenazar la salud del sistema financiero”.
S&P puso bajo vigilancia al país debido a la variación de las RIN; sin embargo reconoce las acciones del Gobierno como el financiamiento gestionado, pendiente de aprobación en la Asamblea, que permitirá estabilizar las reservas.