El periodista español Luis Núñez, quien destapó las confesiones del cura fallecido Pedrajas en un reportaje en periódico El País, accedió a los escritos de Roma en 2023.
La Paz, 17 de junio de 2024 (ABI). – La cúpula lo sabía y calló. La Compañía de Jesús se guardó por cuatro años el diario del cura pederasta Luis María Roma Padrosa, donde confiesa los abusos sexuales que cometió durante décadas en contra de niñas indígenas en Charagua, Santa Cruz. Les tomaba fotografías y grababa en vídeo.
A pesar de que la institución religiosa conoció en 2019 los manuscritos, escritos por Roma entre 1996 y 2000, no los entregó a la Fiscalía hasta 2023, luego que se revelara el diario de Alfonso Pedrajas, otro jesuita que abusó de infantes en un internado en Cochabamba.
El periodista español Luis Núñez, quien destapó las confesiones del cura fallecido Pedrajas en un reportaje en periódico El País, accedió a los escritos de Roma en 2023, cuando llegó a Bolivia a profundizar su investigación.
“Ese diario (de Roma) se lo guarda la orden, lo integra en su investigación (interna) que luego en el año 2019 lo guarda en un cajón. Cuatro años después ese diario sale a la luz, alguien me lo hace llegar y yo empiezo a investigarlo. Sé que paralelamente esa documentación también fue entregada a la Fiscalía, sé que la Fiscalía y la justicia boliviana tienen el diario y toda esta investigación”, reveló Núñez en declaraciones a La Razón Radio.
Son alrededor de 75 páginas de manuscritos en los que Roma confiesa que fotografiaba a las niñas guaraníes, de entre 8 y 11 años de edad, y cometía abusos sexuales durante su misión en Charagua, Santa Cruz.
El reportaje cuenta cómo el sacerdote jesuita, fallecido el 6 de agosto de 2019, reunía a las niñas en grupos, se duchaba con ellas y les tomaba fotografía para luego ver las tomas y masturbarse.
“Hoy han pasado por mi cuarto 10 niñas y habré sacado unas 95 fotos de chiquitas queridas”, escribió Roma el 31 de octubre 1998, en Charagua.
Como sucedió con la revelación de Pedrajas en 2023, luego de la publicación de El País de España del domingo, la Compañía de Jesús informó que instruyó “que una comisión, liderada por la actual Delegada de Ambientes Sanos y Seguros, profesional laica y psicóloga, inicie inmediatamente la labor de contactar a las víctimas del caso Roma, y otros más denunciados, para establecer con ellas la mejor forma de atención a su situación particular”.
Pero, además, admitió que hubo “negligencia” en las actuaciones de “quienes estuvieron a cargo de atender las denuncias de abusos sexuales a niñas, niños y adolescentes y actuar en favor de las víctimas”.
Y también “urgió” a la Fiscalía “reabrir el caso” de Roma y los que considere oportunos “ante la evidencia de testimonio de víctimas y material colectado en los allanamientos, para establecer las responsabilidades de quienes pudieron conocer los hechos y no haber actuado conforme a la ley”.
Núñez consideró “absurda” la postura de la Compañía de Jesús porque intenta desligarse de la responsabilidad que tiene de todos estos hechos.
“La Compañía de Jesús (intenta) echar la culpa de estos hechos a personas concretas, (sin embargo) no hay que olvidar que quienes encubrieron este caso fue la cúpula completa de la Compañía de Jesús hasta el año 2023, o sea es la institución, no son determinadas personas”, aseguró el periodista.
El fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, anunció la reapertura de la investigación contra Roma y los encubridores de estas vejaciones.
Para Núñez, la investigación no debe abarcar “solamente a determinadas personas, hay que entender que es una congregación la que encubrió en general y también se deberían investigar ¿qué pasa con la congregación en España? ¿Supo también de estos delitos? Y también de curia en Roma”.
“Tenemos que tomar en cuenta que los jesuitas son la congregación del papa Francisco. Hay cartas que han salido hace poco a la luz, y que demuestran que esto era conocido desde Roma hasta Bolivia”, insistió.
De acuerdo con el periodista en Bolivia se ha “podido entrar y registrar las dependencias de los jesuitas y acceder a muchísima información”, lo que en “otros países fue imposible porque están protegidos por ley”.
“En estos archivos hay muchísima suciedad y trapos sucios que tienen que ser revelados con nombres de acusados y con pruebas tan terroríficas que superan la ficción, como es el caso de Lucho Roma, que sobrepasa lo que una persona puede llegar a imaginar que es la brutalidad, el abuso combinado con fotografías y con impunidad terrible”, expresó.