El municipio de Luribay sufrió la crecida del río que destruyó cultivos de frutas y hortalizas, afectó viviendas, caminos y un puente, que quedaron intransitables.
El Gobierno nacional entregó este lunes 17,67 toneladas (t) de ayuda humanitaria, valuadas en más de Bs 170.000, para 610 familias de los municipios de Luribay, en el departamento de La Paz, y Rurrenabaque, de Beni, afectadas por las inundaciones.
“Entregamos alimentos, herramientas y vituallas a los municipios de Luribay y Rurrenabaque que han sufrido inundaciones. Son para un total de 610 familias, 17,67 toneladas que hacen una inversión de 170.137 bolivianos”, informó el viceministro de Defensa Civil, Juan Carlos Calvimontes, en el acto de entrega de la ayuda humanitaria en la ciudad de La Paz.
Semanas atrás, el municipio de Luribay sufrió la crecida del río que destruyó cultivos de frutas y hortalizas, afectó viviendas, caminos y un puente, que quedaron intransitables.
En el acto, el viceministro reiteró su pedido al Órgano Legislativo de aprobar los dos créditos que están paralizados en su tratamiento y que tienen el objetivo de fortalecer la prevención y atención de eventos adversos en el territorio nacional.
El primer crédito, de $us 75 millones, fue suscrito con el Banco de Desarrollo de América Latina y el Caribe (CAF), para financiar el “Programa de apoyo para la gestión de riesgos ante eventos adversos del clima para el Estado Plurinacional de Bolivia”.
El mismo permitirá atender inundaciones, sequías, incendios forestales desde la prevención, la atención misma del desastre y la rehabilitación.
Calvimontes sostuvo que el préstamo será utilizado hasta en 10 años y es una garantía para enfrentar los desastres naturales que golpean el territorio nacional.
El segundo crédito es de $us 250 millones con el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados y será una especie de seguro ante eventos extraordinarios.
“No se puede prever un evento adverso, pero sí debemos estar preparados, es mejor estar preparados y no utilizar los recursos; es más grave no estar preparados, tener necesidad y no tener nada previsto”, dijo Calvimontes.
ABI
