En reiteradas ocasiones le puso un narcótico a sus bebidas.
La Paz, 16 de junio de 2023 (AEP).- La misionera fue víctima del sacerdote José Mario Paz, quien en reiteradas ocasiones le puso una sustancia para adormecerla y luego violarla.
El religioso llegó a Bolivia en 2017 y fue destinado a San José de Chiquitos, donde la misionera residía e impartía charlas sobre sexualidad en unidades educativas.
Cuando Paz se presentó, mostró que era una persona de confianza, denotaba sabiduría y nobleza, “una persona buena”, pero luego ella conocería su lado oscuro.
“Después de varios meses se decidió hacer un viaje a Santa Cruz para traer repuestos. Él se ganó la confianza del padre de la parroquia, quien me pide que vaya con el padre José Paz. Él aprovechó ese tiempo para volverse una persona amiga para que yo le cuente mis secretos en confesión, y así él se convirtió en mi director espiritual”, dijo en entrevista con Bolivia TV.
Luego de hacer las diligencias y al regresar de la ciudad de Santa Cruz, él le invitó un refresco y ella vio que estaba abierto, pero pensó que no debía desconfiar. Después de tomarlo perdió el conocimiento.
La misionera debía estar a las 15.00 en el templo jesuítico, pero se despertó a las 22.00 en el garaje, sin saber qué ocurrió, salió del automóvil y sintió su cuerpo adolorido y no podía moverse.
“Él me ayudo a salir y me dijo ‘te dormiste y luego te desmayaste, creo te bajó la presión’”, recordó.
Al llegar a su habitación se quedó dormida, al día siguiente al ir al baño se vio ensangrentada en sus partes intimas y evidenció que todo su cuerpo estaba con moretones y no entendía qué es lo que había pasado.
Recuerda que él tomaba unas sustancias, de las cuales sospecha que le puso en el refresco y pasó lo mismo los días posteriores, ya que se sentía cansada y sin ganas.
Cuando se dio cuenta de lo que le sucedía, lo enfrentó y le dijo que lo denunciaría, pero él la amenazó con publicar en redes sociales unas fotografías de ella, donde estaba sin ropa y amarrada.
Sin embargo, luego de hacer la denuncia no tuvo apoyo, más bien fue alejada y amenazada si continuaba con el caso. Indicó que en la actualidad sigue recibiendo llamadas intimidantes.