La lucha contra el narcotráfico debe incluir esfuerzos de interdicción como la incautación de drogas y la desarticulación de organizaciones criminales.
El viceministro de Defensa Social y Sustancias Controladas, Ernesto Justiniano, afirmó que la lucha contra el narcotráfico debe ser un esfuerzo conjunto con la cooperación internacional, pero subrayó que no se hará a costa de la soberanía nacional.
“Cooperación sí, pero sin menguar nuestra soberanía. La cooperación internacional es muy importante”, indicó la autoridad, haciendo hincapié en que el narcotráfico no es un problema aislado de Bolivia, sino una amenaza que trasciende fronteras.
Justiniano destacó la importancia de una estrategia integral para combatir este flagelo, señalando que las fuerzas locales no pueden luchar solas contra organizaciones internacionales cada vez más poderosas y con una capacidad de operación transnacional.
“No podemos estar circunscritos solo a nuestras fuerzas policiales locales para luchar contra organizaciones que tienen potencia internacional, que son fuertes realmente”, remarcó, en entrevista con Católica Tv.
En ese contexto, resaltó que, si bien la lucha contra el narcotráfico debe incluir esfuerzos de interdicción como la incautación de drogas y la desarticulación de organizaciones criminales, es fundamental que se trabaje en “cómo se puede impedir la producción de cocaína”.
En criterio de Justiniano, Bolivia debe dejar de ser un país atractivo para los narcotraficantes, como lo demuestra el caso de Sebastián Marset, el narcotraficante uruguayo más buscado en la región.
“El enemigo es la cocaína producida en el país, hoy se llama Marset, mañana puede tener otro nombre. Probablemente se va a detener a uno y a otros no los vamos a conocer nunca y van a seguir operando en el país”, subrayó el Viceministro, dejando claro que la lucha contra el narcotráfico debe centrarse en eliminar la producción y no solo en capturar a los delincuentes.
ABI



