El apoyo a las personas damnificadas por inundaciones, deslizamientos y por las riadas demandó una inversión superior a los Bs 11 millones.
El presidente Luis Arce informó, a través de sus redes sociales, que el Gobierno nacional continúa trabajando de manera sostenida en la atención a las familias bolivianas afectadas por los desastres naturales en varias regiones del país.
En el departamento de Chuquisaca, este apoyo se tradujo en la entrega de más de 464 toneladas de ayuda humanitaria consistente en alimentos destinados a más de 16.600 familias damnificadas por las recientes inundaciones, riadas y deslizamientos registrados en 16 municipios. Esta asistencia busca garantizar la seguridad alimentaria de los hogares más vulnerables.
Entretanto, en el departamento de Tarija, el apoyo fue con la dotación de insumos como tanques de agua y cemento, que benefician a más de 4.000 familias de seis municipios. Este apoyo que recibieron varias familias damnificadas permitirá atender necesidades urgentes y al mismo tiempo contribuir a la reconstrucción de la infraestructura básica afectada.
La ayuda humanitaria entregada en ambos departamentos demandó una inversión superior a los Bs 11 millones, monto que refleja el compromiso del Estado con las poblaciones más necesitadas y golpeadas por los fenómenos climáticos. “¡Cumplimos con nuestra población más desprotegida!”, destacó el Primer Mandatario en su mensaje, subrayando la prioridad que otorga su gestión a la atención de las familias damnificadas y a la recuperación de sus condiciones de vida.
El trabajo coordinado entre el Gobierno central, las gobernaciones y los municipios ha permitido acelerar la entrega de insumos y alimentos, con el fin de que la ayuda llegue en el menor tiempo posible a los hogares afectados por las emergencias.
Las acciones en Chuquisaca y Tarija forman parte de un despliegue nacional de apoyo, que incluye la distribución de alimentos, insumos y recursos logísticos en varias regiones del país, donde los desastres naturales han impactado en la producción agrícola y en la seguridad de las familias.
Con estas medidas, el Gobierno ratifica su compromiso de no dejar a nadie atrás, priorizando a los sectores más vulnerables y reafirmando que la respuesta ante emergencias es una política de Estado que busca proteger la vida, la salud y el bienestar de todos los bolivianos.
AEP