El secretario general de NNUU, António Guterres, instó a pasar de las palabras a los hechos.
La Conferencia de las Naciones Unidas sobre Biodiversidad (COP16) inició el domingo en Cali con una vibrante representación cultural y artística de los pueblos indígenas, afrodescendientes y campesinos de Colombia, y se proclamó el lema oficial: “Paz con la naturaleza”.
En su discurso inaugural, el presidente colombiano, Gustavo Petro, resaltó el papel crucial de su país en la lucha contra el cambio climático y declaró: “Somos el corazón de la vida del planeta”.
Petro abordó temas cruciales como la regulación del mercado para proteger la vida, la descarbonización de la economía y la propuesta de cambiar deuda por acción climática. El mandatario también criticó el uso no regulado de la inteligencia artificial y señaló su dependencia de energías fósiles: “Una inteligencia artificial que hoy utiliza energías sucias y fósiles como el carbón, el petróleo y el gas”.
Reflexionó sobre la descomposición social generada por años de guerra y desigualdad, por lo que advirtió de que “la codicia, móvil de la ganancia, está a punto de destruir la vida”.
Por su parte, la ministra colombiana de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Susana Muhamad, enfatizó en la importancia de incluir la diversidad y los saberes específicos en la construcción de la paz, pues afirmó: “La naturaleza no es un recurso, es la fibra de la vida que hace que nosotros mismos también seamos posibles”.
Muhamad abogó por una movilización social para cumplir las metas de protección de la biodiversidad.
El secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, instó a los gobiernos a pasar de las palabras a los hechos y recordó que el Marco Mundial para la Biodiversidad promete restablecer las relaciones con la Tierra y sus ecosistemas, pero advirtió: “No vamos por buen camino”.
En el marco de la conferencia, el Gobierno colombiano presenta seis metas ambiciosas para 2030.
Entre ellas, destaca la integración de 19 millones de hectáreas en la planificación territorial con criterios de biodiversidad y adaptación climática, y la conversión de 5 millones de hectáreas a modelos productivos sostenibles.
Además, se propone generar el 3% del PIB y 522.000 empleos a través de economías para la biodiversidad, gestionar y remediar el 50% de los pasivos ambientales, y asegurar que el 34% de los territorios protegidos sean gestionados por comunidades locales, incluyendo pueblos indígenas y afrodescendientes.
Colombia también se compromete a desarrollar modelos financieros que garanticen la conservación a largo plazo. En la COP15, celebrada en 2022 en Montreal, Canadá, los países acordaron declarar el 30% de sus suelos y mares como áreas de conservación natural para 2030. Pero la mayoría de promesas están rezagadas.
Telesur/AEP
