El 31 de julio el FMI proyectó un aumento del 2,1% para la economía de ese país en 2023 y del 1,2% para 2024.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva prometió ayer un crecimiento económico sólido y confiable de Brasil que contrarrestará todas las proyecciones publicadas por el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Soy un tipo optimista” y “cuando la gente se da cuenta de que la economía está funcionando, los empleos comienzan a aparecer, el salario comienza a aumentar, la inflación comienza a caer. La gente empieza a darse cuenta de que las cosas están mejorando para ellos”, afirmó Lula en su programa semanal Charlando con el Presidente.
Aseguró que se sorprenderán con su país y “el FMI va a errar todas las afirmaciones sobre el PIB (Producto Interno Bruto), no van a estar ciertas. Brasil va a crecer de forma sólida, confiable”, insistió.
En mayo, el FMI redujo a 0,9% la proyección para el crecimiento del gigante sudamericano este año.
Sin embargo, el 31 de julio la institución proyectó un aumento del 2,1% para la economía nacional en 2023 y del 1,2 en el próximo calendario.
Y más importante que solo crecer, añadió el exsindicalista, “vamos a hacer un crecimiento distributivo. Va creciendo, va distribuyendo… para que la vida de las personas crezca de acuerdo con el crecimiento del país. Eso es lo que interesa a la gente y va a suceder”.
El fundador del Partido de los Trabajadores consideró que ese crecimiento no es un milagro, sino determinación.
Refirió que se dice que Lula tiene suerte y “entonces, si es por suerte, me eligen siempre porque ese país necesita suerte”.
Para el gobernante, el mundo necesita suerte y “quien tiene suerte es el pueblo brasileño de haber elegido la democracia para gobernar este país”.
Consideró que la inclusión social es el hilo conductor y crucial para el desarrollo de Brasil.