Más de cien actividades y alrededor de 96 expositores, entre editoriales, colectivos e instituciones públicas llevaron lo mejor de su producción bibliográfica hasta las tierras fértiles de la urbe.
La Paz, 05 de mayo de 2024 (AEP).- Al ritmo de la kullawada Ciudad de El Alto se inició la Cuarta Feria Cultural del Libro. Por tres días, lectores y libreros compartieron el amor por la literatura. La fiesta de las letras fue acompañada por diversas expresiones artísticas, que hicieron del encuentro un espacio para el disfrute y deleite de las artes.
El Alto siempre está en movimiento. A primeras horas de la mañana, mujeres y hombres recorren largas distancias para dirigirse a sus puestos de trabajo. Las cholitas cargadas de sus q’ipis (bulto de carga) trajinan por las apretadas avenidas esquivando y, algunas veces, golpeando a algún transeúnte despistado. Esa ciudad y su gente tuvieron un pequeño respiro durante tres días, los libros y las artes llegaron con fuerza a la populosa zona Los Andes y, por cuarta vez, la fiesta de las letras alegró los corazones del público alteño.
Más de cien actividades y alrededor de 96 expositores, entre editoriales, colectivos e instituciones públicas llevaron lo mejor de su producción bibliográfica hasta las tierras fértiles de la urbe, donde comienzan a surgir nuevos artistas, escritores y gestores culturales. La hazaña de llevar adelante el evento se debe al arduo trabajo de la Fundación Cultural del Banco Central de Bolivia (FC-BCB), sin embargo, todo pudo ser posible gracias a la confianza de las hacedoras y hacedores de cultura.
La inauguración de la actividad fue especial por el anuncio de la construcción del Centro de la Revolución Cultural El Alto, una moderna infraestructura que promoverá, potenciará y dará visibilidad al trabajo de las y los artistas de la urbe. Una wajta (mesa que se realiza en homenaje a la Pachamama) celebró ambos acontecimientos. El amauta, en aymara, hizo un llamado a los ancestros para transmitir las energías de la Madre Tierra hacia los feriantes y augurar el éxito del encuentro literario.
Desde 2021, la feria ha crecido
El país y el sector cultural estaban paralizados por la pandemia. En el mundo, en particular, América Latina y El Caribe, las medidas de distanciamiento físico ocasionaron pérdidas importantes para el sector artístico y creativo. Según datos del estudio Evaluación del impacto del Covid-19 en las industrias culturales y creativas, una iniciativa conjunta de Mercosur, Unesco, BID, Segib y OEI, las actividades vinculadas con el patrimonio, las artes escénicas, la formación y la música fueron las más afectadas, con caídas superiores al 20%.
“Al menos unos 71.817 espacios o equipamientos de las industrias culturales han sido afectados por la pandemia: entre ellas, 21.928 bibliotecas, 11.304 centros culturales, 7.516 museos y 6.908 teatros cerraron”, se lee en el informe.
La FC-BCB, con el propósito de activar espacios que promuevan el acceso a la lectura, difundir la producción literaria y en homenaje al Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor, organizó la primera Feria Cultural del Libro en la ciudad de El Alto. En esa primera iniciativa, se sumaron instituciones públicas del área educativa y cultural, además contó con la presencia de 40 expositores, entre editoriales, instituciones y escritores. La actividad se realizó cuidando todas las medidas de seguridad.
Al recordar esa primera vez, Rosa Mamani, madre de familia, cuenta que visitó con alegría la feria junto con sus hijos porque en la ciudad de El Alto no había actividades similares. “En ese entonces, solo era una cuadra y un día, ahora ha crecido bastante y espero que siga convirtiéndose en un espacio de incentivo a la lectura, sobre todo para los más pequeños”, agregó.
Las caseritas que venden las deliciosas sopitas de fideo en la zona Los Andes también recuerdan con nostalgia la primera Feria Cultural del Libro que se realizó en su barrio. Con alegría contaron que la venta mejoró por la cantidad de expositores. Este año, una de ellas se animó a ampliar su menú, elaboró un sabroso ají de papalisa, el cual fue uno de los más pedidos por los comensales.
Tres días de fiesta literaria
Warmi Tambor, un proyecto musical conformado por mujeres que investigan la fusión de sonidos de varias culturas del mundo, inició la fiesta literaria. El folklore llegó al ritmo de la kullawada Ciudad de El Alto, estudiantes de la Escuela Municipal de Artes de El Alto (EMDA) bailaron con prolijidad la icónica canción. El momento especial llegó con los kantus, quienes custodiaron a la delegación encabezada por el presidente de la FC-BCB, Luis Oporto Ordóñez, los consejeros de administración Jhonny Quino, Manuel Monroy Chazarreta y la consejera Susana Bejarano, entre otras autoridades, hasta el terreno donde se edificará el emblemático centro cultural de la urbe alteña.
Los tres días, desde muy temprano, varios estudiantes recorrieron la feria junto con sus profesores. Los más pequeñitos se detenían en la carpa del Museo Nacional de Etnografía y Folklore (Musef), donde apreciaron los Videos animados del Musef, que surgen de la necesidad de difundir mitos de las culturas a diversos públicos, utilizando nuevas formas y formatos de comunicación. La estética que se usa en estos audiovisuales guarda diálogo con la realidad y se sustenta en los catálogos mayores y menores producidos por el repositorio.
Dos estands fueron destinados a la presentación de las animaciones; mientras que en el otro espacio, niñas y niños tuvieron la oportunidad de acercarse a la cultura coloreando textiles y cerámicas, de esa forma pudieron conocer más de la cultura boliviana. Más de 30 títulos de investigaciones llevadas a cabo por el repositorio se pusieron a la venta y consulta de los visitantes.
El Museo Nacional de Arte (MNA) también dedicó su espacio a los más pequeños, quienes encontraron su pasión por las artes con una dinámica de pintura y dibujo. Además apreciaron una exposición con réplicas de obras fundamentales del arte boliviano. Uno de los momentos más tiernos fue protagonizado por la pequeña Ruth Cuevas, quien recitó los poemas Al final de la batalla y Mi pueblo Iruito Urus. La calidad interpretativa removió emociones de quienes presenciaron el inolvidable momento.
Al estand del MNA llegó la música chicha, con una sesión cumbiera en vinilos. El DJ Lunthata Selektor de Vintage Cumbia fue el encargado de darle sabor a la tarde y más de un transeúnte disfrutó del sonido único que produce el tocadiscos.
Otra de las actividades organizadas por el MNA que llamó la atención del público fue la presentación del poemario Política de Dukes, del escritor alteño Erwin Masi. Un minibús fue el escenario para dar a conocer el texto, cuya temática recoge aforismos minibuseros, experiencias pasajeras y la literatura de transporte. El catálogo Creadoras, mujeres artistas en Bolivia llegó hasta la ciudad de El Alto, a la presentación le siguió un conversatorio sobre la exhibición que recoge las obras de más de 100 mujeres artistas bolivianas.
La emocionante jornada continuó en escenario con el conversatorio 20 Años de Teatro: Arte y Cultura en Altupata, a cargo del elenco Tawayapu. A esa actividad le siguió la función de títeres a cargo de la artista Geovana Chambi, con las obras El propietario, El gato encerrado y ¿Quién se llevó mi basura?
La librería de la FC-BCB llevó más de cien títulos a la fiesta literaria. La revista cultural académica Piedra de agua fue una de las más adquiridas por la población, junto con los libros de la Biblioteca Biográfica: Rumbo al Bicentenario, que impulsa la entidad cultural y que ya tiene ocho títulos publicados. De esa serie se presentaron los libros La vida es linda. Biografía musicalizada de Nilo Soruco (Fernando Hurtado), El alma del canto boliviano. Biografía de Gladys Moreno (Javier Mendez), Encarnación Lazarte Zurita. Ensayo Biográfico (Tania Suarez) y Un quijote del arte. Biografía de Walter Solón Romero Gonzáles (Pablo Solón).
Durante tres días, la ciudad de El Alto recibió a escritores independientes, como Rodrigo Urquiola, Ernesto FLC, Briseida Nina, Luis Raimundo Quispe, Diana Taborga, Sulma Montero, los cuales destacaron la actividad literaria y sugirieron mejorar algunos aspectos para que la urbe pueda contar con más espacios de incentivo a la lectura.
“Creo que son necesarios estos espacios culturales y también veo que cada año va mejorando la organización. Pero quizá debería extenderse al fin de semana para que exista mayor recibimiento de la población”, expresó Urquiola.
La presencia de editoriales que se dedican a difundir libros en el idioma aymara y quechua también fue importante. Tanto Qillka Uta y Chakana mostraron su amplia producción para incentivar al público, en general, al uso de su lengua materna. Sobre el tema, el destacado lingüista Rubén Hilari recordó que, como Estado Plurinacional, es deber de todos los bolivianos no perder el uso de nuestros idiomas nativos.
“Es preocupante cómo desde las unidades educativas no se promueve el uso de nuestros idiomas originarios. Con Quillka Uta producimos textos relacionados con conservar el uso de nuestras lenguas originarias, es una tarea complicada, pero estamos en esa lucha”, sostuvo.
La Editorial del Estado Plurinacional de Bolivia, en su labor de fomento al conocimiento de los idiomas de nuestro país, después del éxito de Warawar wawa, presentó el libro El principito (Mburuvicharai) esta vez en idioma guaraní.
Otra de las ofertas fue Tejidos de Iskanwaya: una expresión de la identidad cultural de la provincia Muñecas, escrito por Rostanné Nayra Quispe Cordero, una joven investigadora de 17 años, parte de la comunidad indígena. El ensayo fue elaborado sobre la base de los relatos orales de sus abuelos y tíos.
Las carreras de Historia, Sociología, Literatura y Ciencias de la Información de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) participaron en la cuarta versión de la Feria Cultural del Libro con su producción bibliográfica. La Universidad Pública de El Alto (UPEA), con Sociología y Artes Plásticas, mostró sus revistas de investigación y brindaron orientación al público sobre las actividades que desempeñan durante el año.
La Biblioteca Casto Rojas del Banco Central de Bolivia, que cuenta con una amplia biografía relacionada con temas económicos, estuvo presente para socializar su labor como custodio de importantes textos. Entre los servicios que ofrece se encuentra el acceso a bases de datos bibliográficos y hemerográficos, acceso a repositorio digital, préstamo interbibliotecario y visitas guiadas.
La editorial Nina Katari mostró una innovadora propuesta de libros de texto, desde la visión indianista, para el área de Ciencias Sociales e Historia del ciclo secundario.
Entre las instituciones públicas que participaron estuvieron Epsas, el Ministerio de Trabajo, Diremar y Entel, el cual fue el principal auspiciador de la actividad cultural.
El último día, el público se dio cita al escenario principal para presenciar un espectáculo de expresiones urbanas. El encuentro de rap freestyle con DJ en vivo fue una de las actividades más aclamadas. Nación Rap, Profecía Xplícita, Alma Guerrera y Noisy MC despidieron la fiesta literaria.
La FC-BCB, junto con sus repositorios nacionales y centros culturales dependientes, liderados por el Centro de la Revolución Cultural, fueron los que dirigieron y organizaron cada detalle, reconocido por los feriantes. Mensajes honestos y desinteresados alegraron los corazones del equipo. La directora de la Librería Ambulante Perry Lee, Nohe Sahunero, destacó la dedicación y el esfuerzo de llevar adelante la actividad cultural.
“Ya son cuatro años de seguir apostando por la difusión cultural en la ciudad de El Alto. Cada año se suma más gente y crece más este proyecto y, aunque no siempre haya un rédito, creo que llegar a los niños y adolescentes es una gran recompensa”, sostuvo.
El colectivo Las Martinas, la Biblioteca Stronguista, La Cátedra Kids, la Fundación Xavier Albó, Lectorum, Book Truck, el Archivo de La Paz, la Comunidad de Estudios de la Ciudad de El Alto, el Centro Cultural de España en La Paz, el Centro de Estudios para la América Andina Amazónica, la Fejuve El Alto, entre otras instituciones, agradecieron el trabajo de la FC-BCB.
“Luis Oporto, el espíritu alteño sigue latiendo en ti y latirá más aún cuando la quinta versión de la Feria Cultural del Libro se realice en la Casa de la Revolución Cultural en 2025. La Comunidad de Estudios de la Ciudad de El Alto agradece la oportunidad para la proyección de nuestra cultura y seguiremos, con seguridad el próximo y los subsiguientes años, en este objetivo común que nos une, configurar la identidad alteña”, expresó Johnny Fernández, periodista e historiador alteño.
Más de 100 actividades organizadas por los repositorios nacionales y centros culturales dependientes de la FC-BCB fueron recibidas con cariño por la población alteña, que se mostró complacida y dispuesta a volver a acoger a libreros, libreras y artistas el próximo año. Ese gran apoyo e interés de la población demostró una vez más que El Alto es una ciudad de libros y encuentros.