La película es un homenaje al rancio y sempiterno Drácula de Bram Stokes y todo su séquito de criaturas góticas. Y aunque tiene estilo victoriano posee topónimos andinos sutilísimos: La Paz de los años 50 y Potosí decimonónico.
La Paz, 17 de septiembre de 2023 (AEP).- Se cumplen ocho años desde que la cineasta norteamericana Amy Hesketh, residente en Bolivia, presentó su película vampiresca en el Festival de Cine de México, FERATUM (cine de horror y ciencia ficción). Esta película recibió buenas críticas. La misma es una adaptación de la obra de Robert Luis Stevenson con una sazón boliviana. Y aunque tiene estilo victoriano posee topónimos andinos sutilísimos: La Paz de los años 50 y Potosí decimonónico.
Se estrenó en La Paz y los demás departamentos con gran acogida y también en Europa. Esta es una aproximación a esta película vampiresca que evocamos con la sangre congelada en las venas.
La película huele a muerte (si tiene olor), ¡qué digo huele! Hiede a muerte. Los personajes se arrastran pálidos por las habitaciones (las percepciones sensoriales se tornan difusas). Son vampiros que no sufren de fotofobia. Han aprendido a tolerar la luz solar, no obstante, no pueden con su vicio atávico sanguinario.
La película es un homenaje al rancio y sempiterno Drácula de Bram Stokes y todo su séquito de criaturas góticas. Una visión melancólica, pero que conserva el leit motiv príncipe. Podemos ver desfilar los fantasmas de Drácula desde Nosferatu hasta los vampiros que no quieren chupar sangre (Lucy Liu en Rice, Cazadora de sangre) y un destello grato. La obra de Edgar Allan Poe, hasta la paródica reminiscencia de El joven manos de tijera en el papel que interpreta Alejandro Loayza.
El incesto y otros jueguitos lascivos
No se puede ver la película y no recordar el cuento del genio de Boston, La caída de la casa Usher (el incesto de los hermanos) como una logia hermética.
Los pueblerinos no aceptan a esa estirpe maldita (Olalla y su familia). Por lo menos no de forma pública y explicita, sino soterrada. ¿hay terror en la película? Sí, pero ¿para quién? En términos bradburyanos estamos ante una paradoja casi inverosímil, incongruente, descabellada, pero posible. El espectador puede asistir al primer linchamiento y a la caza de brujas. La tragedia de estos seres es que no tienen poderes sobrenaturales. No se transforman, no vuelan, etc.
Estos insepultos son frágiles y todos saben dónde viven. Ellos son los aterrados. Como los personajes de Bradbury, Crónicas marcianas: son los marcianos los invadidos. Fahrenheit 451. Los bomberos queman libros. No apagan incendios. En Los visitantes (un cuento) una familia de vampiros tiene un hijo enfermo (no le gusta la sangre). Casi se podría decir que el espectador respira una atmósfera de pólvora. Uno no sabe en qué momento va a estallar una bomba.
Qué terrorífico debe ser para un vampiro venido a memos, desmitificado, casi llegando al escarnio, a la humillación, vivir en la zozobra de ser linchado. Un vampiro tendría que morir con jerarquía, con una estaca, con un Van Helsing como enemigo. En otras palabras, Olalla ha sido humanizada por su creador. Al estilo de Richard Matheson que aporta en su novela todo un razonamiento científico de lo que son los quirópteros humanos. (1) En ese ambiente de horror conviven el tío y la sobrina en el cual dan rienda suelta a sus instintos más viscerales. Una lascivia juguetona y marquezsadiana.
El erotismo, otra forma de derramar sangre
La película llega al cenit con el sadismo y el masoquismo que practican las hermanas y el tío. Parafernalia de azotes, sodomía, lujuria, etc. Hasta en el linchamiento de Olalla se puede percibir un morbo colectivo y justificado. Drácula es la exaltación mayor del erotismo: la succión de la sangre, los mordiscos hasta el canibalismo, etc.
Hay, sin embargo, en el erotismo de Emy un sadismo que vuela como hoja al viento. No hay lo que se dice en derecho, ensañamiento. Hay sí, un coqueteo. Maniatada, Olalla es fustigada por el tío con un látigo, pero fustigada con la fuerza de un matamoscas, después es castigada como niña mala en las rodillas de papá. Pocas escenas avivan lo perturbador por derroteros tan incongruentes. Es como la escena de la ducha de la película Psicosis. (2) Uno no sabe si excitarse o aterrorizarse. ¿Cómo la violencia puede generar erotismo? Es el aporte de esta directora al cine boliviano. Cine gótico erótico de terror. Francis Ford Coppola nos muestra su erotismo en Drácula, pero es un erotismo machista.
Además, en la película ronda el fantasma de David Lynch. (3) Se asoma en el baile grotesco al final de la película. El simbolismo. El elemento identitario en esta cinta es la sangre. La sangre como virtud o como vicio. Si hablamos de una tradición judeocristiana convenimos en que Jesús tuvo que derramar su sangre para salvar al hombre, por lo mismo murió en la cruz. La virtud lo llevó el calvario. En Olalla fue el vicio. Los malos hábitos arrastran a los vicios. En este caso es por la gula (¿O hambre?).
La madre de Olalla es condenada a muerte. Un elemento interesante es la manzana, una tautología con la Biblia, la fruta apetecida. El huésped y Olalla no se resisten y caen en desgracia. Fernando Savater dice que la exageración, el desequilibrio convierte un hábito en pecado capital. (4) Olalla a su vez, curiosamente, es tentada con una manzana. La sangre, la manzana y la cruz son referencias bíblicas imbricadas en esta historia. Cristo estaba como un mortal, Olalla lo mismo. También podría decir que, si la gula está presente, también la abstinencia. Olalla tiene que abstenerse de beber sangre para vivir (contra la gula, templanza). No lo logra. Jesús ayunó 40 días en el desierto y cuando lo logró alcanzó la virtud. Así alcanzó su condición de divinidad.
En esta película se aborda el tema del vampirismo desde la óptica femenina. Amy Hesketh elige la obra a filmar. No es el clásico Drácula. Olalla y su madre sufren su condición de mujer. La madre no escapa de los pobladores que la quieren linchar por amor a sus hijas. Olalla se rebela y prefiere morir antes que seguir oprimida. El único poder natural (¿o sobrenatural?) que tienen ellas es la seducción. Ambas atraen a sus víctimas a través de sus encantos. La madre recatada y amante de los libros. La hija, más desinhibida, exponiendo los encantos de su piel, pero hay un rasgo característico que las identifica: la fragilidad. A ambas se las ve frágiles y desvalidas que da ganas de entregarles el cuello a ojos cerrados. Y ¿cómo no? Si ella parece un ángel ebúrneo, una Eva caminando por el paraíso con su ropaje de piel y ¿por qué no decirlo? Una forma de canonizar a estos seres vituperados.
Drácula es la exaltación mayor del erotismo.
La película
Los primerísimos planos otorgan al largometraje una atmósfera intimista. Parece que el ángel sanguinario hablara confesando sus secretos en una iglesia o biblioteca. El espectador no tendría otro remedio que acercar el oído. Hubiera preferido que los espacios sean mas góticos y nocturnos, pero el director prefirió espacios con mucho sol. Así la tensión natural se da sin efectos especiales. El mérito está en la actuación y el maquillaje.
Es el vicio o la virtud el que nos condena a la muerte en la sociedad. La gula, el sacrificio del amor, la ira que es violencia, la lujuria. ¿quiénes son los monstruos que no pueden controlar sus apetitos? Todos deberíamos morir en una cruz, ¿o ya lo hemos hecho?
Por lo demás la trama se desarrolla con tensión y entretenimiento. Más de un cándido caería como mosca en las redes de Olalla. El erotismo se ve tan vivo hasta en la muerte de Olalla. ¿La rabia los domina o el erotismo? ¿Los linchadores están enfurecidos o excitados?
Los personajes
Jack Ávila es la reencarnación de Vincent Price con su mirada cadavérica. Sus dos cuencas orbitales son dos pozos o fosas de oscuridad en los primeros planos. Asimismo, la actriz Mila Joya exuda la maldad de su alma y un erotismo que desborda la pantalla de proyección. Amy nos produce un cúmulo de sentimientos encontrados pues a ratos parece una vulnerable gacela y a ratos parece que nos va a saltar y desatar su ferocidad y sed de sangre.
Un homenaje al príncipe de los vampiros y a la pluma del genial escritor que, contestatario y disidente, arremetió contra el puritanismo gazmoño victoriano. La más pura y genuina exaltación de la lujuria y el apetito carnal que anida en todo ser humano. Una desbocada manifestación de los instintos libertinos. La abolición de los sentidos que en esa época en el mundo y más en Bolivia eran reprimidos. Mujeres que vivían en esa escafandra de hipocresía y represión de sus deseos por culpa de una sociedad machista y patriarcal. Bella forma de pintar este fresco de horror y belleza.
1.- Matheson, Richard, Soy leyenda
2.- Hitchcock , Alfred. Psicosis
3.- Lynch, David. El hombre elefante
4.- Savater, Fernando. Los siete pecados capitales
* Periodista cultural y profesor de literatura
Biografía Apócrifa
Carlos Gutiérrez Andrade se considera cosmopolita. Es dibujante, retratista y caricaturista. Es escritor, poeta, fotógrafo, periodista cultural. Es docente universitario. Es abogado penalista. Cuentos suyos han sido publicados en varias revistas del país: Piedra Imán, Correveidile, La Revista del Banco Central de Bolivia y 88 grados. Ha publicado en varias antologías: Letras de Plata y otros. Ha colaborado como periodista cultural en varios periódicos: La Razón, Libertador (en el área jurídica), El Bermejeño, Potosí Bárbaro. Actualmente publica géneros periodísticos y literarios a través de su cuenta de Facebook. Es fisicoculturista y maratonista. Es un exhumador de cadáveres. Es bombero voluntario. Es actor de cine y de teatro. Es conferencista. Acaba de egresar de la carrera de Comunicación Social. Tiene publicados dos poemarios LETRINA y Con la Lluvia en la Osamenta que en 2017 ganó la convocatoria de la revista de la Fundación Cultural del Banco Central en el género de poesía. Ha concluido una Maestría en Derecho Penal. Forma parte de una antología de microficción a nivel latinoamericano, Eos Villa. Suele pasar largas temporadas en Tlon Uqbar Orbis Tertius.